Wade

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Desde muy pequeño, Wade aprendió por la mala lo cruel que puede llegar hacer la vida.

Su madre era una alcohólica descuidada que apenas y mostraba interés por él y su padre era un apostador agresivo, cada que perdía en un juego se desquitaba golpeándolo hasta el cansancio.

En una de esas ocasiones, con la edad de 5 años y al descuido de la mujer, Wade se había quemado parte de su cuerpecito al caerle una olla de agua invierno, siendo llevado de emergencias al hospital 2 días después de su accidente y esto gracias a una vieja vecina de ellos llamada Al que de suerte lo encontró mientras sus padres habían salido de juerga esa noche.

Quedo marcado de por vida más aún si, la justicia no hizo nada por ayudarlos muy a pesar de la denuncia de la anciana que poco después fue amenazada por el padre de Wade obligándola a mudarse del barrio.

Desamparado, solo y sin amor, con solo 7 añitos Wade comenzó a vagar por las peligrosas calles de New york. Valiéndoselas de el mismo para poder sobrevivir, trabajando de lo que fuera con tal de conseguir algo para comer, siendo constantemente abusado, agredido y golpeado tanto por las pandillas como en su misma casa.

La vida era un mierda.....

El mundo era una mierda....

Su familia era una mierda...-

Él era una mierda....

En una de esas ocasiones en que su padre desquitaba su frustración golpeando todo lo que se encontrara en frente, Wade salía huyendo de su casa con un ojo morado y el labio ensangrentado, ignorando los gritos de amenaza del hombre.

Tome el primer autobús que encontró, dirigiéndose despues al centro de la ciudad. Pensaba que ahí encontraría algo de paz pero entonces fue que noto las miradas de las personas en el. Algunos fruncían el ceño en señal de asco mientras otros se mofaban descaradamente de él.

/ ¿Hueles eso? Huele a quemado jajajajaja/ por que dejaron subir a ese muerto de hambre/ huy si, solo quiere provocar lastima/ de seguro si le damos una moneda se baje del bus/ niños como el no deberían existir/ ¿viene de algún cierto? Mira su cara jajajajaja./

Asi y más palabras hirientes invadían los oídos del pequeño Wade que sin poderlo soportar más bajaba del bus aun cuando este se encontraba en movimiento, cayendo bruscamente, golpeándose en las rodillas para después quedar sobre el pavimento, ahí, en medio de la calle esas mismas miradas siguieron acosándolo.

No podía soportarlo, miraba sus manos, una llena de cicatrices por las quemaduras y la otra llena de raspones por la caída. No tenía donde escapar, no había quien mostrara un poco de piedad a él, estaba solo y nadie, nadie lo salvaría.

Una lágrima corrió por su mejilla cuando, frente a él, una pequeña flor le era puesta en frente.

- Por favor...no llores....- Dijo una dulce voz con suavidad.

Los ojos de Wade se abrieron enorme al encontrase con tan hermoso ángel. Temeroso, tomo de aquella pequeña flor mientras el menor le sonreía tiernamente.

- Tienes ojos azules, son como los de mi papá.- Dijo con inocencia mientras apreciaba más de cercas los ojos del chico cicatrizado.- Son muy hermosos.

- Yo...no...¿No te doy miedo?.- Pregunto con temor y tristeza cuando sorpresivamente sintió una suave y cálida caricia en su mejilla marcada. Aquel pequeño se había atrevido a tomarlo de la mejilla, acariciándole con suavidad mientras lo observaba con curiosidad y cierta extrañeza.

- ¿Miedo?, ¿Por qué?, tu eres muy hermoso...- Confeso para después sonreír y soltar una dulce risita que lleno de dicha a Wade. – Por cierto, soy Peter. ¿Y tu?

- Yo soy...

- ¡Peter!- Llegando a donde el menor se encontraba, un apurado Tony lo tomaba de inmediato en brazos soltando un suspiro aliviado.- ¡Que susto! ¿Qué te he dicho de soltarte de mi cuando andemos en la calle?, si te pierdo de nuevo tu padre me matara...de nuevo...

- Lo siento papi...yo solo....

- Nada, nos vamos a casa. – Sentencio girando su cuerpo para encaminarse a donde Happy los esperaba para llevarlos a casa. Peter, que en ese entonces tenía 6 años solo se despidió de Wade agitando su manita a lo cual este respondió de igual manera.

Por vez primera en toda su desdichada vida, Wade sintió que aun podía haber esperanza para él. Que si era fuerte tal vez algún día volvería a encontrarse con ese hermoso ángel, su ángel.

Wade sonreía al recordar ese hermoso día, para después llegar a la choza que él llamaba casa.

Como de costumbre su madre se encontraba inconsciente en el sillón de la sala rodeada de botellas vacías y una que otra lata de cerveza doblada y su padre, bueno el, ya hacía tiempo los había abandonado dejándolos a ellos con sus deudas por las apuestas.

Suspiro fastidiado, para después encerrarse en su cuarto. Una vez ahí, debajo de la cama saco un alargado cofre la cual después de abrir con su llave que colgaba de una cadena en su cuello, sacaba dos afiladas katanas y una pistola cargada.

Poniéndose una máscara roja, vio los mensajes que le habían llegado a su teléfono celular, para después abrir su ventana y salir de un salto de ahí.

- Bueno, hora de trabajar. – Disparando al aire gritaba maniáticamente.- ¡¡Deadpool ha llegado, perras!!


Enredos, Amores y una...¿Boda?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora