№5

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|• Tiempo después •|

— No estoy loca...

Psicóloga: No, no lo estás. Ella debía morir. — Sonrió.

— ¿Y ahora por qué está de mi lado? ¿No sé supone que debe de «ayudarme»? ¿Para eso sirven no? — Dije confusa.

Psicóloga: «Servimos» para orientar a las personas que necesitan serlo, tú no estás loca. Imagina que fué por «una buena causa». — Rió burlona. — ¿Por qué sigues aquí?

— ¿Quiere que me vaya ahora? Oh okay. — Me levanté. — ¿Gracias?

Psicóloga: Hasta nunca, Hannah.— Se despidió.

|• En la escuela •|

Rebecca: ¡¿Por qué las mataste!? — Sollozó gritando.— ¡Eres una basura!

— Cállate estúpida. — La acorralé. — Vuelves a decir que las maté y en pocos segundos estarás con ellas el puto infierno.

Ella asintió y la dejé irse corriendo.

Juan: ¡Tn! — Corrió hacía mí.— ¿Estás bien? — Preguntó.

— ¿Debería de estarlo? — Respondí con otra pregunta. — Te cubrí, le dije a la Psicóloga que fué por defensa propia. — Cerré los puños — Me debes una muy grande, amigo.

Juan: Y te lo agradezco. ¿Por qué no vamos a por unos helados? Nadie te molestará ahora — Sonrió psicópata —, ellas están muertas. — Agarró mi muñeca. — Será nuestro pequeño secreto, Hannah. — Murmuró.

{El Secreto de Hannah} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora