II

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De repente la todo el Cuartel General se llenó de gente, las calles estaban adornadas con farolas. Que guiaban por un sendero, entre diversos puesto como el de Karuto. Que aprovecho el momento para lucirse con unos platillos que tenía. El momento lo era, de alguna manera la gente olvidaría las traiciones y a la gente que falta. Aquel elfo podía ver como en aquella plaza, varias mujeres estaban bailando como coreografía, con hermoso vestidos. Alegres bailando y claro, entre esas mujeres estaba ella. 

Ékira. Su amada Érika, estaba bailando muy feliz con las demás chicas. Incluso Huang Hua estaba abajo de la tarima aplaudiendo muy animada el hecho de que las chicas decidieran bailar. Mientras Ikar estaba con una guitarra y cantando una melodía. El público aplaudía muy animado, parecía que no hubiera pasado nada ahí. Que todo era como antes, donde no había traidores y ellos podían confiar los unos a los otros. Era hermoso esa escena y más aún ella. Ante los ojos del elfo, verla así. Con ese vestido blanco en encaje, que remarcaba su silueta. Cómo amaba a esa mujer. Su hermosa sonrisa sobresalía de todos y todas. La quería tanto que su corazón tenía vida con ella. Solo para ella.

⁃ Ezarel... -esa persona le tocó el hombro.

⁃ Valkyon... ella.... se ve tan preciosa.

⁃ Si quieres, lo hago yo...

⁃ No no -sin quitarle la vista de encima- yo tengo que hacerlo, hasta el último segundo juntos, quiero amarla.

El lider de la guardia obsidiana ya no dijo nada más. Simplemente acompañó al elfo a ver el espectáculo hasta que terminó. Las mujeres se abrazaron entre ellas, hasta que esos ojos violeta se cruzaron con los de él. Ella le dio una amplia sonrisa y fue a abrazarlo. Tenerla entre sus brazos, la calidez de su cuerpo, el latir de su corazón. Eso era todo lo que quería recordar, quería impregnar su memoria de todo ello. Amarla hasta no poder, hasta el último.

⁃ ¿qué te pareció? -le preguntó.

⁃ Pues... creo que te faltó sincronización... 

⁃ Oye! que grosero! -le dio un golpecito en el hombro e hizo un puchero.

⁃ jejeje es mentira -la besó- fuiste la mejor y la más hermosa.

⁃ ¿si? 

⁃ la más hermosa que he visto en mi vida -la rodeó por la cintura.

⁃ bueno... entonces... ¿qué quieres hacer ahora? -lo miró con picardía. 

⁃ Pues, ¿qué quiere hacer mi bella novia?

⁃ uhmmm.... me llama la atención la comida que preparó Karuto, Ewilin me dijo que esta deliciosa.

⁃ Entonces, no se diga más -el elfo la sujetó de la mano y fueron caminando hasta el puesto del cocinero.

Todo Eldarya sabía que eran pareja, que se amaban y pasaron por muchas cosas. Que aquel líder de absenta, era feliz y nadie podía negarlo. Tenía a esa mujer consigo, al amor en sus manos. Todos se dieron cuenta de los cambios que tenía su carácter desde que ella llegó, desde que él derrumbó esas barreras y se permitió amarla. Poder estar con ella en lo bueno y en lo malo. Pero ahora verla, saber que esos eran sus últimos momentos juntos, dolía. Jamás pensó que amarla así podría dolerle y mucho menos que tendría que dejarla ir. Capaz hubiera sido bueno si ella lo hubiera dejado de amar o él a ella, dolería menos. Tendría sentido para su corazón pero esto... era tan doloroso. Por su cabeza pasaba el hecho de que, capaz hubiera sido mejor nunca amarla. Pero, cuando la vio herida ahí, en el piso muriendo, sintió que no valía mantener esa distancia porque igual lloraría por ella, por no haberse dado una oportunidad.
Llegaron al puesto de Karuto y pidieron la especialidad. Se fueron a unas mesas que habían instalado en los jardines, eran como grandes estrellas sobre ellos. Ahí alumbrando su velada. No eran la única pareja ahí, pero para el elfo ella lo era todo. No había nadie más. Solo sus hermosos ojos violetas que brillaban ante el asombro de la comida de Karuto. Esa comida fue la más exquisita que probó en su vida, besaba también sus labios. Quería plasmarse bien de ellos, recordarlos hasta su último día.

LUCES EN LA NOCHEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora