-De ti lo creo Walter, ¿Pero tu David? -Dijo Michael volteando los ojos y bufando, como si sintiera pena.
-¿Qué? -Preguntó con algo de duda David.
-Creeme, si yo fuera ella, por dios que no saldría con nadie en estos días -respondió Michael.
-Bueno, pero tu mismo lo viste, se conectó a esta aplicación ayer a las diez más o menos -dijo apenado Walter.
-Ya se, pero no creo que acceda fácil a una trampa tan boba como esta. Si esta conectándose, seguramente sólo habla con personas que de antemano ya conoce. Es más, sabiendo lo que hizo, si ve que Edward se conectó apenas hace unos minutos, sabrá que algo pasa y podría incluso desaparecer su cuenta. De hecho, siento que ya se tardó en hacerlo.
-Diablos, es verdad -se resignó David.
-¿Recuerdas Walter? En el caso de hace más de un año, el caso "Sanders", tú lograste establecer una ubicación.
-Maldición si es cierto, espera -contestó Walter poniéndose manos a la obra y sentándose de nuevo frente al monitor de su computadora. -Lo había olvidado, ya hacia un tiempo que no hacíamos algo tan parecido.
-¿De que se trata? -Pregunto David.
Mientras Walter seguía en el monitor, le explicaba rápidamente a David -Podemos establecer su ubicación por medio de este programa que usamos. Monitoreamos su actividad en internet, buscamos la dirección IP del dispositivo desde el cual se conecta y la tenemos... Lo único que necesito es que mantenga una conexión de al menos cinco minutos para poder establecer la conexión con sus datos de ubicación. Lo cual va ser algo tardado, puesto que parece conectarse sólo en las tardes. Pero mientras, puedo buscar cuentas asociadas al usuario de su cuenta en esta aplicación de citas. Además también esta el problema de que si esta usando su teléfono celular, la ubicación puede ser variable. De todos modos haré lo primero.
- Ya que puedes hacer eso trata de buscar una fotografía asociada a esa cuenta -dijo David.
-Al parecer es precavida, este correo asociado a la cuenta, sólo existe para respaldar su información con la aplicación de citas. -Dijo torciendo la boca Walter. -Entonces si habrá que esperar en unas horas a que se conecte, mientras tanto trataré de ocultar la conexión que hicimos en el celular de su víctima. Al mismo tiempo tratare de ver si puedo rescatar alguna fotografía.
-Bueno, esperemos unos momentos entonces, además estoy teniendo algo de hambre. Tomemos un pequeño refrigerio David.
Ambos salieron a comer a una pequeña cafetería cercana a la comisaría. Michael como siempre pidió una hamburguesa y café. David en cambio sólo pidió un sándwich.
-Te veo un poco preocupado Michael -dijo amistosamente David. -¿Es por el caso?
-No, los casos nunca me preocupan, son trabajo solamente. Pero me incomoda este tipo Edward. Era un cínico.
-Y que lo digas, lo triste es que todos están convencidos de lo bueno que era, incluso la novia. Y su drama del anillo -Dijo David -Al menos sabemos que no eran posesivos - soltando una leve risa.
-Pero en fin, un asesino es un asesino. Y esta mujer lo hizo bien, se despidió bien de su querido y firmó la carta de despedida con sangre.
-Sabes Michael, muchos me habían dicho que eras un idealista, que siempre te tomabas los casos de manera personal y terminabas sintiendote como un defensor cuando tomabas alguno. De echo por eso me sentí gratificado cuando nos asignaron. Quería saber si era cierto, pero nada mas alejado de la realidad.
-Debes aprender esto David, muchos hacen el trabajo con la mera intención de buscar rápidamente al culpable y encerrarlo, sólo por cumplir rápido el trabajo. No niego que estamos a presión de tiempo, pero muchos sólo buscan zafarse de la obligación. Varios inocentes han pagado por la mediocridad de nuestros compañeros antes y ahora. Y es que si hay algo que siempre he admirado, es la sutileza con la que algunos criminales trabajan. Me gusta enfrentarlos.
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EL ANILLO
Mystery / ThrillerA unos meses de su boda, Edward Vicenz es encontrado muerto en su pequeña casa. Una muerte sangrienta y sin testigos aparentes. Su prometida Elizabeth ha quedado destrozada por el horrible crimen que se ha cometido. Sin embargo del asesino no se ti...