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Cambié mi uniforme por una camiseta negra de mangas cortas y un pantalón deportivo, tomé un balón de baloncesto y salí de casa.

Caminé por las calles de la ciudad hasta llegar a una de las canchas de aquel deporte que tanto me entretenía, aún no era tarde y no estaría mal pasar el rato practicando un poco.


Llevaba más de una hora en el parque cuando noté que el cielo se había tornado gris. Tomé mi balón del suelo y comencé a caminar a casa con pereza, un tirón en la botamanga de mi pantalón me detuvo. Miré hacia el suelo curioso encontrándome con un par de ojos zafiros que me devolvían la mirada. Era un cachorro blanco y negro que movía la cola de un lado a otro bastante alegre.


Lo tomé entre mis brazos y revisé su placa de identificación, era extraño que un cachorro como ese estuviese solo en el parque.


"Nigou"



Leyó intentando recordar dónde había oído ese nombre antes. Sus ojos se abrieron desmesuradamente por la sorpresa, eso no era posible.


No era posible que aquel pequeño can fuera de Tetsu... ¿Verdad?


-¿Tu eres Nigou?- preguntó con curiosidad al cachorro recibiendo una lamida en su mejilla como respuesta. El moreno se detuvo un instante mientras llegaba a una conclusión que, sin entender el motivo, le emocionaba y le llenaba de nerviosismo en igual medida.


-Si Nigou estaba aquí eso significa que Tetsu también.-murmuró para sí mismo recorriendo los alrededores con la mirada. Nigou imitó su acción, al parecer, el también buscaba a su dueño.



Caminé por los distintos senderos del parque con el cachorro en brazos, la sola posibilidad de poder ver a Tetsu antes de lo esperado me alegraba, después de todo, cada vez que hablaba con el mi día mejoraba considerablemente. Llegando a una de las esquinas del parque logré divisar a un chico de baja estatura con un llamativo, y particular, cabello celeste.


El peliceleste miraba hacia los lados con preocupación. De seguro estaba buscando a Nigou.


-¡TETSU!-Grité su nombre tan fuerte como pude sin obtener respuesta alguna de su parte. Sin embargo, no sucedió lo mismo con el cachorro, pues al oir el nombre de su dueño, Nigou saltó de entre mis brazos y corrió velozmente en dirección a Tetsu.


Tetsu le sonrió cálidamente a su mascota en cuanto llegó a su lado y acarició su cabeza.


Comencé a avanzar en su dirección, quizás podría sorprenderle y quién dice... tal vez, solo tal vez podríamos jugar un One-on-One en las canchas cercanas.

Un grupo de niños en uniforme de atletismo pasó frente a mí corriendo mientras armaban un alboroto.


-¡KAKERU ESO ES INJUSTO!-oí el grito de unos niños que venían corriendo al final del grupo.


-¡NO ES MI CULPA QUE USTEDES NO QUIERAN ENTRENAR!-respondió de igual manera el que supuse que era Kakeru.


Tacet Caritate - AOKURODonde viven las historias. Descúbrelo ahora