Capitulo 2

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2. Definitivamente inesperado.


Jungkook estaba realmente confundido mirando hacia atrás y adelante. En un segundo estaba mirando al muchacho en el suelo, y luego a la repisa de la ventana vacía. Espera, ¿la repisa de la ventana vacía?

Esa repisa de la ventana no había estado vacía en los últimos dieciocho años, no mientras el maniquí estuvo allí.

Pero, ¿quién era este muchacho y por qué se veía exactamente igual que el maniquí? Esa leyenda no podría ser real, ¿verdad?

Jungkook sacudió la cabeza violentamente. Cerró los ojos y se frotó la sien por culpa de un inesperado dolor de cabeza horrible. Estaba demasiado ocupado revolcándose en su confusión que no se dio cuenta que el muchacho estaba empezando a ponerse en pie torpemente.

—Di-disculpa —el chico tartamudeó, con mucha dificultad para mantenerse a sí mismo.

Jungkook por fin abrió los ojos, saltando hacia atrás cuando vio que el muchacho se había puesto de pie. El chico de piel canela parecía una paradoja completa, su postura torpe y la forma en que sus rodillas se doblaron le hizo pensar que lucía igual a un bebé que estaba aprendiendo a caminar.

—Cuando no te mueves durante dieciocho años, seguro te sientes tieso —el chico se dijo en voz alta, sosteniéndose sobre una plataforma para mantener el equilibrio.

—Espera, en realidad no crees que eres el maniquí, ¿verdad? — Jungkook frunció el ceño ante el chico, cruzando los brazos—. Odio estar a punto de estallar tu burbuja, pero no eres más que un psicópata que realmente necesita largarse de esta tienda antes de que te estampe una bala en el trasero.

Los ojos del chico se abrieron mientras trataba de descifrar qué demonios le acababa de decir Jungkook.

Parpadeó— ¿Una bala en mi trasero? ¿Qué?

—No te hagas el tonto —replicó —. Ahora, ¿dónde demonios está ese maniquí?

—Me estás mirando —contestó el muchacho alegremente, olvidando que Jungkook había amenazado con pegarle un tiro hace unos momentos—. Encantado de conocerte. Aunque debo decir que la última vez que estuve despierto, las personas eran mucho más cordiales.

—Eso es todo, voy a llamar a la policía —se quejó Jungkook, sacudiendo la cabeza.

El chico no lo escuchó y se arrastró detrás de él.

—Mi nombre es Taehyung, por cierto —comentó el chico. Jungkook se congeló en seco y se dio la vuelta. Taehyung asintió alegremente—. Sí. No puedo recordar mi nombre real, pero el hombre siempre me llama 'Taehyung'. Me gusta. Es... inesperado.

Jungkook, con la boca todavía abierta, se dirigió hacia Taehyung, llegando justo hasta su cara mientras estudiaba sus facciones. Literalmente se parecía al maniquí que había empezado a caminar. Taehyung tenía la misma nariz, la misma boca, los mismos pómulos, la misma constitución. Incluso su piel era del mismo color, pero ahora, en vez de ser fría y de plástico, era cálida y suave. Su pelo estaba todavía en punta, sólo que ahora era suave como la seda en lugar de paja. Efectivamente, el maniquí había cobrado vida y respiraba lleno de energía.

La única cosa que se mantuvo sin vida eran sus ojos. Taehyung tenía los mismos ojos que había tenido como un maniquí: eran todavía color caramelo y vidriosos por falta de vida. Lucía un poco raro, pero al mismo tiempo, sus ojos eran muy atractivos y Jungkook apenas podía apartar la vista al ver su reflejo en ellos perfectamente.

— ¿Cómo...? — Jungkook preguntó en voz baja—. Tú eres un maniquí. ¡No puedes levantarte y sólo caminar! No puede ser... la leyenda no puede ser... no puedes estar vivo —susurró, pensando que se estaba tratando de convencer.

Maniquí | KookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora