Capítulo 3

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3. Hogar

—Aquí. No deberías dormir en eso —señaló el pantalón negro y la camisa blanca de Taehyung y le tendió unos viejos pantalones de pijama de franela. El chico se le quedó mirando con asombro.

—Son tan suaves —comentó frotándose los pantalones contra sus mejillas.

—Así es —dijo Jungkook despreocupadamente —. Sigue adelante y cámbiate, luego podemos ir a dormir.

—Está bien — asintió con entusiasmo. Echó un vistazo a la cama, rebotando ligeramente de emoción pues no se había acostado en dieciocho años. De inmediato se quitó los pantalones negros y tiró de la camisa blanca sobre su cabeza, quedándose completamente desnudo. Dejó a un lado los pantalones de franela y se tiró en la cama, tapándose con el edredón hasta la barbilla antes de mirar a Jungkook.

—Hm... — Jungkook se quedó mirando los pantalones en el suelo junto con el resto de la ropa. Taehyung estaba en su cama, ¿desnudo? Tragó saliva, frunciendo el ceño ligeramente.

— ¿No vienes? — Taehyung deslizó un brazo delgado de debajo de la manta y dio unas palmaditas en el lugar junto a él—. Tu cama es bastante grande. Estoy seguro que cabemos los dos.

—Me quedo con el sofá —fue la seca respuesta de Jungkook.

— ¡No, Jungkook! — salió de la cama y tomó el brazo de Jungkook —. ¡No tienes que hacer eso! ¿Por qué no podemos compartir la cama?

Porque estás desnudo, quiso decir, poniendo los ojos. Jungkook estaba un poco preocupado de sí mismo, ¿por qué la desnudez del pelinegro le molestaba tanto? Aunque no era exactamente molesto, pero su reacción fue una que no podía entender. Se encontró con su mirada vagando por el cuerpo de Taehyung. El cuerpo coincidía con el maniquí exactamente, era alto y delgado. Su figura era escultural y parecía como si hubiera sido cortado de mármol y cubierto por una capa de suave piel.

—Bien — resopló finalmente, con un notorio rubor provocado por el cuerpo de Taehyung. Se despojó de sus ropas quedándose sólo en bóxer y se metió en la cama, acostándose en el borde del colchón tan lejos del otro chico cómo fue posible. El otro notó su distancia y puso mala cara, arrastrándose más cerca—. ¿Qué estás haciendo? — Jungkook preguntó con cuidado, girando ligeramente la cabeza para ver a Taehyung por el rabillo del ojo.

— ¿Qué? —respondió inocentemente, envolviendo sus brazos alrededor de Jungkook y colocando su cabeza en su hombro.

Jungkook se inclinó, momentáneamente alejándose de el para poder apagar la luz. Una vez que la habitación estuvo a oscuras, Taehyung se sentó y se inclinó hacia el, su aliento haciéndole cosquillas en la cara.

— ¿Jungkook? —sopló—. ¿Estás despierto?

—Acabo de llegar a la cama. ¿Cómo podría estar durmiendo? — Jungkook puso los ojos bajo los párpados, divertido ante la boba pregunta.

—Oh. Está bien. Bueno, ¿qué vamos a hacer mañana? ¿Cómo vamos a encontrar a mi verdadero amor?

—No lo sé —murmuró con impaciencia. El día había sido agotador mentalmente y él sólo quería dormir un poco—. Voy a dormir pensando ello, ¿de acuerdo?

—Está bien —dijo, cayendo de nuevo en una posición de lado. Se dio la vuelta un par de veces, cambiando hasta encontrar una posición cómoda. Probablemente no paró de moverse durante unos diez minutos, y Jungkook estaba en la oscuridad, con los ojos abiertos, con el ceño fruncido, mientras esperaba a que el colchón dejara de moverse para que pudiera dormir. Cuando Taehyung finalmente se congeló y pareció relajarse en el sueño, Jungkook suspiró y cerró los ojos, rodando a su lado.

Maniquí | KookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora