El Lado Descolorido Del Amor (Historia Corta)

Nervios de colores brillantes.

Capítulo 5

Nervios de colores brillantes:

Tal y como lo había dicho, Anya acerco a Lexa hasta el apartamento de Clarke, la rubia se había independizado hacia varios meses atrás, tenia un trabajo de medio tiempo en una pequeña galería de arte, sí bien el hecho de ser daltónica le dificultaba muchas de las cosas, una de sus profesoras le había ofercido el puesto en aquel lugar, Clarke demostraba que a pesar de su condición quería y podía superarse día a día.

_ Recuerda de estar en casa cuando llegue. – Le dijo Anya estacionándose frente al pequeño edificio de solo tres pisos. –

_ Claro, gracias por traerme. –

_ De nada pequeña, diviértete. –

Lexa simplemente le sonrio y la saludo con la mano antes de caminar hasta la puerta y tocar el timbre.

_ Piso 3, apartamento D. – dijo en voz baja y suspiro antes de apretar aquel frio botón. –

Pasaron solo unos segundos hasta que la voz de Clarke se escucho por el portero.

_ ¿Hola? –

_ Hola Clarke... -

_ ¡LEXA! –

La castaña sonrió al escuchar el grito de su amiga desde el altavoz, rápidamente escucho como Clarke colgó el portero y no paso ni un minuto que Clarke ya se encontraba abriendo la puerta de entrada. La rubia corrió y de un salto rodeo la cintura de la castaña con sus piernas y su cuello con los brazos, Lexa tambaleo hacia atrás, pero con fuerzas la sostuvo.

_ Cuanta alegría, se ve que me extrañaste. –

_ ¡Por supuesto que te extrañe! ¿Qué crees? ¡He dormido sola todos los fines de semana desde que no estas! –

_ ¿Solo me extrañas para dormir? –

_ Es que... - Clarke le sonrió – eres muy abrazable. –

Lexa sonrió y se perdió en aquellos ojos azules que la miraban con tanta adoración.

< Que ganas de besarte > fue el pensamiento que la hizo ponerse más nerviosa de lo que estaba. Tenía a Clarke frente a ella, mirándola, sonriéndole y ella solo podía pensar en que moria de ganas de besarla. < No seas idiota, ella no te quiere de esa manera. > intento convencerse y apartar aquellas ganas que habían inundado todo su ser.

_ ¿Te sientes bien? – pregunto la rubia arrugando su entrecejo. –

_ Sí. – contesto con firmeza. – lo siento, solo estoy algo cansada. –

_ Ven, vamos adentro. – Clarke la tomo de la mano y la electricidad que provoco ese contacto hizo que Lexa la soltara, obteniendo otra extraña mirada de parte de su amiga.

_ ¿En serio que te encuentras bien? – pregunto ya algo preocupada. –

_ Sí. – Lexa rio nerviosa. – venga, vamos. –

Lexa la volvió a tomar de la mano y tiro de ella hacia el interior del edificio, Clarke volvió a sonreir y luego de cerrar con llave comenzaron a subir las escaleras.

_ No me extraña que te mudaras a un edificio tan chico. – dijo la castaña luego de subir el primer piso. –

_ ¿Por qué lo dices? –

_ ¿Subirias quince pisos por escalera? –

_ Antes de subirme a esa caja metalica, cualquier cosa. – Clarke rio. – podias ir por el ascensor, me esperabas arriba. –