El Lado Descolorido Del Amor (Historia Corta)

Tienen tus ojos.

Capítulo 9: Tienen tus ojos.

El día que Abby apareció en la puerta de la casa de Clarke, la rubia no supo qué hacer con exactitud, no sabía si abrazarla, si no hacerlo, si llorar, si gritar de felicidad o si simplemente le cerraba la puerta en la cara y seguía con su vida como lo había hecho hasta ese día.

Por supuesto que la había abrazado y ambas habían llorado en ese preciso momento, a Abby no le daban las palabras para pedirle perdón por haberse ausentado tanto en su vida y a Clarke no le alcanzaban los brazos para mantener a su madre cerca para siempre.

Clarke había querido retar a su esposa por haber hecho lo que le pidió que no hiciera, pero ¿Cómo hacerlo? Si gracias a ella Abby estaba en su vida nuevamente. Ninguna de las dos quiso decirle de que hablaron, ni que cosas se dijeron, pero los primeros días Abby y Lexa no se hablaban demasiado, algo que cambio con el paso del tiempo, de los años para ser más exactos.

Lexa por su parte había hecho lo que le prometió a Clarke, luego de pedir unos días extra de licencia y obtener una respuesta negativa por parte de su jefe, la castaña presento su renuncia y detrás de ella lo hizo Raven. Lexa le había dicho que aquello no era necesario, que ella debía continuar con su trabajo, pero la latina se reusó a seguir allí sin ella, estaba decidida en abocarse de lleno al proyecto que traían entre manos que en seguir en un lugar donde parecían más esclavos que médicos.

Luego de que la castaña pusiera un poco de estabilidad en su vida, después de tener una charla seria con su suegra y después de que las gemelas fueron un poco más grandes, puedo tomarse su tiempo en comenzar su proyecto, habían ahorrado mucho dinero junto con Raven, la castaña tuvo que ponerse limites en cuanto a compras y gastos que quizá eran innecesarios, fue por aquello que cuando compraron la casa, Clarke la animo a comprar una que tenga un enorme local al lado y por más que la castaña se rehusara al principio, la rubia siempre terminaba ganando.

— Lexa, te lo he dicho infinidades de veces, pero dile a tu esposa que la amo. — comentó Raven mientras terminaba de acomodar las carcasas de los lentes que habían llegado esa mañana. —

— Creo que se lo has dicho tanto que ya lo va a empezar a creer. — respondió la castaña entre risas mientras hacía unas anotaciones. —

— ¿Qué tanto escribes? — preguntó interesada Raven mientras se acercaba a ella. —

— Las gafas que necesita Bellamy, me están haciendo romper el coco. — contesto la castaña mientras escribía y probaba algunas tonalidades de cristales. —

— Es que desde que comenzó a operar con láser dice que no hay nada que le cuide los ojos como él quiere. –

— Exacto. – suspiro la castaña. — Por eso me dijo que necesitaba algo que lo ayudara en aquello, sino iba a terminar desistiendo en aquello. —

— ¿Y qué traes ahí? — pregunto señalando los cristales que tenía a su lado. —

— Voy a intentar una combinación de estos cuatro, cada uno tiene una característica diferente, así que quizá aquello funcione como es debido. —

— Eres una cerebrito, a mí no se me hubiese ocurrido. —

Lexa solo sonrió y continuo con su pequeña investigación, le gustaba decirle pequeña, aunque hacía varias semanas que estaba con aquello. Ya le había hecho a Bellamy algunas gafas, pero ninguna le habían servido como él quería, por ello, Lexa le había dicho que esas serían las últimas, pero que necesitaba que le diera más tiempo para poder idearlas mejor. Las otras le habían tomado solo un mes, con las actuales llevaba trabajando casi tres meses y estaban casi listas para ser entregadas.