Vivir en mi propio sueño

15-He de hablar contigo.

-Elsa!! Tu padre está al teléfono!!- Al fin una llamada de mi padre, llevo ya una semana fuera de casa, iban a ser tres días, sí sí ya lo veo...

No hay día que pase en el que no llore, necesito ver a mi abuelo.

Aunque he de reconocer que aquí no me lo paso nada mal, Daniel y Jesús están siempre alegrándome el día, me miman demasiado, aunque  eso me encanta, ¡¡son tan monos!!

Pero aún así no hay día en el que no llore. Uno de los motivos es que tenerles a los dos tan cerca me mata, enserio me mata; no consigo aclarar que es lo que siento ni hacía quién pero es que son tan iguales y a la vez tan diferentes... Se pasan todo el día picándose entre ellos para ver quien me cuida más, quien está más tiempo conmigo, quien se sienta al lado mía en la mesa... parecen críos enserio!! Lo peor es que creo que Jesús se huele eso de que siento también algo por su hermano, creo que todo el mundo en la casa  intuye mi problema porque el otro día....

*Flashback*

Estoy sentada frente al televisor, está apunto de empezar myhyv. Daniel y Jesús han salido a dar un paseo en bici pero no me apetecía acompañarles.

Me preparo unas palomitas, cojo un refresco de la nevera y me acomodo en el sofá.

Está empezando el programa cuando alguien me apaga la tele.

-¿¡¿Juan Carlos que haces?!? ¡¡Ya me lo estas poniendo!! - grito lanzándole palomitas a la cara.

-No Elsa, necesito hablar contigo, es serio- recogió las palomitas que habían caído al suelo y noté como la expresión de su cara cambió, así que me olvidé del programa y me giré hacía él.

-Pues, tú dirás- digo mientras como  varias palomitas.

-Mira Elsa, últimamente mis hermanos están muy raros, siempre están peleando y no se ponen de acuerdo en nada, siento decirlo pero creo que el motivo eres tú, ¿se puede saber que os pasa entre los tres? -Juan Carlos me mira serio y yo me limito a agachar la cabeza y comenzar a llorar - Elsa, elsa ¿pero que te pasa preciosa? No te sientas culpable, anda ven aquí, tranquilízate- se acercó a mi y me abrazó acariciándome el pelo estilo hermano mayor. Juan Carlos para mí es como ese hermano que nunca tuve, le conozco solo desde hace 5 días, pero le quiero a reventar.

-Verás Juan Carlos, sí, tus hermanos están mal entre ellos, lo sé y es por mi culpa- pude decir cuando estuve más calmada- ¡¡es que no sé lo que siento hacía cada uno de ellos joder!!- volví a romper a llorar y entre lágrimas conseguí contarle a Juan Carlos todo, lo de mis padres, todo lo que ambos me habían ayudado, lo de Jesús, lo del videoclip, lo de María y Dani... todo lo que había ocurrido en mi vida tras conocerles. Me desahogue con él cosa que necesitaba bastante.

-Elsa, no soy quién para decirte que debes sentir y hacia quién, pero por favor habla con ellos y arreglar esto. Lo dejo en tus manos - tras decir esto me dio un beso en la mejilla y se marchó con la intención de dejarme ver la tele pero yo ahora era ver la tele  precisamente lo que menos me apetecía. Recogí las palomitas y salí a pasear para así despejarme un poco.

*Fin Flashback*

Desde esa maldita conversación no paro de comerme la cabeza... Sé que debo de hablar con ellos , pero no encuentro fuerzas para hacerlo. Ellos, los dos juntos, son las pocas fuerzas que me quedan y temo perder a alguno de los dos por una maldita conversación, así que prefiero que todo siga como hasta ahora.

¿Mi otro problema? creo que lo conocemos bastante bien y se encuentra detrás de este maldito teléfono.

-¿Sí papá? ¿ha pasado algo? Llevo una semana sin saber nada de ti ni del abuelo, podrías haber llamado antes ¿no?- me siento en una silla situada junto a la mesita en la que se encuentra el fijo, de no ser así las piernas me fallarían y caería.

Los nervios me fluyen por dentro y una lágrima corre por mi mejilla al oír la contestación de mi padre, me temo lo peor.- Lo sé y lo siento cariño, pide a alguien que te acompañe al hospital, he de hablar contigo.- asiento, aunque sé que mi padre no me ve y corto la llamada ya que no consigo articular palabra.

Sé que los hermanos están en su habitación así que me dirijo hacia allí, entro sin llamar a la puerta y corro hacia la cama de Jesús caigo en su hombro y rompo a llorar.

Noto como ambos se miran y cruzan una expresión de "¿que le pasa a esta ahora?" pero no dicen nada, se mantienen en silencio, simplemente me abrazan. En verdad es lo mejor, de haberme preguntado me hubiese sido imposible contestar.

Necesito que me acompañéis al hospital- consigo decir mientras me incorporo y seco mis lágrimas. 

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Chicas perdón por no cumplir mi promesa de subir un capítulo cada día pero me ha sido imposible, os recuerdo que estoy de romería, en cuanto esta acabe intetaré escribir más a menudo o hacer un maratón.

Gracias por leerme. Os quiero mucho.

Besitos;)