9- Tan iguales y a la vez tan distintos.

194 13 0
                                    

Ya han pasado tres días desde que nos perdimos, tres larguísimos días y os estaréis preguntando a qué me refiero con lo de largísimos ¿no?  pues veréis, nuestros padres se han puesto de acuerdo para castigarnos  por nuestra "escapada".

Por más que hemos explicado que nos perdimos no nos creen, lo peor es que piensan cosas que no son...

Son un poco mal pensados pero he de reconocer que yo también lo pensaría ¿Qué hacen dos adolescentes solos una noche en mitad de la nada? Pues no, entre nosotros lo más que ha habido han sido besos, pero no hay quién los convenza de ello.

Enserio, ya ni mi propio padre confía en mí...

Bueno pues lo que os contaba, me han castigado sin volver a ver a Jesús en un tiempo indefinido y viceversa.

Dani me visita todas las tardes, lo que me faltaba, si ya estaba hecha un cacao ahora más, si es que este niño me mata, pero su hermano también joder.

Podrían haber castigado también a Dani así tendría tiempo de pensar lo  que siento y hacia quién lo siento. Pero claro, él no ha tenido culpa de nada.

Mis mañanas se basan en encargarme de atender a todas las personas que pasan por el taller, las paso en compañía de un simpático señor de más o menos unos 45 años, él arregla los coches mientras yo me dedico a la atención al cliente y a mantener limpio todo esto.

Os preguntaréis si no voy al instituto ¿no? pues sí pasado mañana ingreso en el Atalaya. Debería de haber empezado mis clases en Hipatía precisamente hoy, pero mi padre  se han encargado de que no coincida ni en clases con Jesús y a cambiado la matrícula.

Cuando empiece mis clases el horario de apertura del taller cambiará a las tardes por lo que también dejaré de ver a Dani, en una parte me alegro, la verdad.

Bueno y estos han sido mi últimos tres días, una mierda, lo sé.

Últimamente estoy mucho más antipática, siempre le hablo borde a todo el mundo, pero es que esta rutina me mata, bueno la rutina y el no saber aún que le pasa a mi abuelo. ¡¡Vamos a ver me traen hasta Sevilla y no me cuenta que ocurre!! No entiendo a mi padre enserio...

------------------------------------------------------------------

-Elsa!!- gritó mi padre desde la cocina- ¡¡Ve a casa de los Oviedo a por harina por favor!!

-Valee papá- grité y salí de casa.

Estaréis pensando que esta sería mi oportunidad de ver a Jesús, pero no, os recuerdo que él también esta castigado así que cuando llamo yo a la puerta le prohíben abrir, aún  que si os digo la verdad aún tengo la esperanza de que sea él quién habrá la puerta y pueda verle...

*Narra Jesús*

-Venga bro hazte pasar por mí, cambiame la pulsera por favor- Dani no había parado en toda la tarde de darme la bara, mi hermano puede llegar a ser muy pesado cuando quiere.

-Joder que mamá nos va a pillar, he dicho que no y es que no- le contesté dando un portazo en mi habitación.

-Pero que  van a ser diez minutos, venga, si a ti no te gusta el fútbol, le prometí a Juan que iría al partido, porfa porfa- no paraba de hacer pucheritos cosa que me ponía nervioso, más que mi gemelo en este momento parecía mi hermano pequeño.- Si sabes que si vas tú van a perder jajaja- esto último me llegó, a ver no es mi cumpla que Dani halla suspendido un examen, si esta castigado que apechugue, y sí, él juega mejor a fútbol que yo pero ¿qué? a mi también me divierte hacer un poco de deporte de vez en cuando...

-Jesuus...- volvió a decir.

-Que he dicho que no!- chillé.

-Pues te quedas sin ver a Elsa chulo!!- gritó también Dani y se dispuso a salir de mi habitación.

-Espera, espera ¿sin ver a Elsa?- pregunté evitando que se fuera.

-Claro lela!! si te haces pasar por mí puedes verla!!

-Ostias es verdad!!- vale vale, como no se me ha ocurrido esto a mí antes.- hermanito hay que reconocer que tienes muy buenas ideas... Aquí tienes mi pulsera.

-MAMÁ ME VOY ADIÓS, DANI ESTÁ ARRIBA ESTUDIANDO, VENGO PRONTO- gritó Dani haciéndose pasar por mí y saliendo de casa.

Yo también hice ademán de dirigirme hacía casa de Elsa, pero recordé que el retrasado de mi hermano estaba castigado sin salir de casa.

Vale todo perfecto, me ha engañado y se ha salido con la suya, cuando venga se va a enterar.

Al oír el nombre de Elsa me ilusioné tanto que no me paré a pensar nada... soy tonto enserio, tonto.

*Ding, dong*

-DANII, ABREE TÚ  QUE SE ME QUEMA LA TARTAA. - gritó mi madre desde la cocina. Vale, todo perfecto, ya no puede uno ni ver la tele en paz, ¿quién será ahora?

-JE....-Shhh- le tapé la boca.- Soy Dani, Jesús no puede abrirte la puerta ¿recuerdas?- dije guiñándole un ojo. Era Elsa, sí, mi niña, joder que ganas tenía de verla.

-DANII ¿QUIÉN ES? ¿QUE QUIERE? DILE QUE PASE- gritó mi madre desde la cocina.

- ya has oído a mi madre, pasa.

*Narra Elsa*

Dios no me lo puedo creer, se han cambiado, ahora Jesús es Dani y Dani es Jesús. Me los como!! Madre mía estos niños me matan, son tan... tan... perfectamente perfectos.

Pase a la cocina donde amablemente me recibió Eva.

- Hola preciosa, ¿Qué quieres?

-Mi padre me ha pedido que venga a por harina.- dije avergonzada. Si os digo la verdad es la primera vez que entro en esta casa.

-Ahí que mala pata, acabo de gastar toda la que tenía en este pastel, Anda Dani acompáñala al supermercado y de camino me traes una garrafa de aceite. Pero en cuanto termines de comprar rapidito para casa eh! que tu castigo sigue en pie. Tomad aquí teneis dinero.

Salimos de la casa y lo primero que hicimos en cuanto pasamos nuestra calle fue claramente besarnos, necesitaba ese beso más que nada en este mundo, ya casi  estaba aprendiendo a acostumbrarme a los de Dani, sí, como oís, en estos tres días a Dani y a mí se nos han escapado algún que otro piquito.

Pero ahora no importa Dani, solo existimos Jesús y yo fundidos en uno, uniéndonos en besos tras tres largísimos días.

Al separarnos pensé en Dani, hay Dios mi Dani, es que son tan iguales y a la vez tan diferentes... ¿Qué hubiera pensado él de haber estado aquí? Bueno ahora no merece la pena rallarse, voy a disfrutar el momento con Jesús que quién sabe cuando volvamos a vernos.

El resto de la tarde se basó en risas y besos, harina volando por nuestros pelos y más risas y más besos.

Y es que Jesús, bueno supuestamente, Dani, convenció a su madre de que le levantara el castigo y vino a mi casa, mi padre había salido así que nos pusimos a hacer cupcakes para merendar. Salieron deliciosos, bueno deliciosamente chamuscados,jajaja eso no era ni comestible.

-JESÚS OVIEDO MORILLA YO TE MATO, MIRA COMO ME HAS PUESTO EL PELO!!- grité haciendo que uno de los cupcakes aterrizará sobre la cabeza de Jesús.

-Seraas!! Ven aquí- comenzó a perseguirme por toda la casa con uno de nuestros dulcecitos chamuscados en la mano hasta llegar a mi habitación. Donde consiguió tirarme en la cama, callendo encima mía y haciendo que me comiera esa asquerosa bolita de chocolate chamuscada y después me besó.

-Mmmm... Sabes qué, esto no está tan malo si le añades unos besos- reí.

-Mmm... veamos... déjame probar- dijo volviéndome a besar. Pero el ruido de la puerta nos interrumpió.

-Mmm... Jesús, digo, Daniel, tienes que irte.- añadí levantándome de la cama y dirigiendome hacia la puerta.

Esta tarde había sido realmente increíble, pero... seguía teniendo un enorme cacao mental ¿Qué siento hacia Jesús y qué hacia Dani?  

Vivir en mi propio sueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora