Y aquí estaba yo, tumbada en mi cama, mirando a través de la ventana de madera de mi reducido y desordenado cuarto.
Se ponía el sol en el horizonte, ocultándose en el gélido mar, tintando de un color rosado el cielo, hasta ser completamente negro. Como deseando las buenas noches a los habitantes de un lugar perdido en medio de la nada: Isla Mema, una pequeña isla, muy bonita a mi parecer, rodeada de una fría agua cristalina, repleta de peces de colores, llena de pastos verdes, frondosos bosques y habitada por rudos bárbaros.
Está a 12 días al norte de "La desesperación", unos grados al sur de "Madre mía, me muero de frío" y situada de lleno en el meridiano de "La desgracia".
Mi aldea.
¿En una palabra? recia. Y lleva aquí más de siete generaciones, pero por unas causas especiales, todos los edificios son nuevos.
Tenemos buena caza, buena pesca y unas preciosas puestas de sol.
Lo único malo son los bichos.
Veréis, en la mayoría de sitios tienen ratas, mosquitos, arañas, cucarachas, o termitas, pero nosotros tenemos,... dragones.
¡Dragones de todos los tipos! Grandes, pequeños, rechonchos, unos que se hacen invisibles, unos con corazas indestructibles, que te dejan sordo, que parecen esqueletos, que escupen ácido, que escupen fuego, que estornudan fuego, que lloran fuego, que se prenden a ellos mismos de fuego, fuego, y más fuego.
Pues eso, una aldea vieja llena de casas nuevas.
La mayoría de gente normal, con dos dedos de frente se iría, pero nosotros no. Somos Vikingos (un pelín cabezotas) y no pensamos darnos por vencido ante ninguna amenaza, ni siquiera ante dragones.
Yo me llamo Sigrid. ¿Menudo nombrecito verdad? Supongo que los padres creen que un nombre horrible ahuyenta a gnomos y malos augurios o algo así (como si nuestro deslumbrante y encantador carácter Vikingo no fuera suficiente.)
Pero los hay peores. ¿Por ejemplo? Mi mejor amigo se llama ¡Hip! Digo Hipo. Es el hijo de Estoico "el inmenso", "el fuerte" el gran jefe de la tribu (al que solo se parece en el blanco de los ojos).
Su castaño pelo no tiene nada que ver con la larga mata pelirroja de su padre, Hipo es un tapón y su padre mide unos dos metros, sus brazos de fideo dejan mucho que desear comparados con los grandes y fuertes de Estoico,...
Siempre han dicho que ha salido a su madre, pero en eso yo no podría juzgar, puesto que nunca he llegado a conocerla. Fué asesinada por unos dragones cuando yo ni había nacido.
Hipo y yo somos amigos desde que tengo uso de razón. Mi padre, Viggo, es el consejero de Estoico. Los dos decidieron ceder nuestra educación a Bocón, un fuerte y bonachón herrero de la aldea, así que nos hemos criado juntos, entre libros y forjas.
Se escuchó un desgarrador rugido apagado en una exclamación de sorpresa. Y vi caer el primer dragón de la noche por la ventana.
Me gustaría seguir contándoos mi vida, pero como cualquier otro vikingo de isla Mema, si escuchas un rugido, es que se avecinan problemas.
-¡Sigrid!- Me gritó Hipo golpeando mi puerta. Yo la abrí apresuradamente y me encontré con su acalorada cara llena de una mezcla de entusiasmo y terror.- ¿Has visto eso? ¡Un Pesadilla Monstruosa! ¡Ha sido brutal!
-¡No te quedes flipando! -Le corté intentando ocultar mi emoción- ¡Vamos a ayudar a los demás!
Corrimos por una calle de la aldea esquivando fuego, armas y Vikingos enfadados que nos gritaban cosas como "volved a vuestra casa", "¿Que hacen estos aquí?", "sacad a estos niños de la batalla", "¡Lo van a destruir todo más de lo que ya está" o "¡Sigrid!,¿Que se supone que haces fuera de tu cuarto? Te he dicho que no salgas." Ah no, espera, ese es mi padre.
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Como entreno a mi Dragón
FanfictionIsla Mema, una pequeña isla, muy bonita a mi parecer, rodeada de agua cristalina repleta de peces de colores, llena de pastos verdes, frondosos bosques y habitada por rudos bárbaros, sep, bárbaros. Está a 12 días al norte de la desesperación y unos...