Yoongi no suele hablar mucho.
Yoongi sabe la fuerza que una palabra puede tener, por eso mismo es cuidadoso con todo lo que sale de su boca.
Pero no esa noche. Se ha relajado tanto con el chico a su lado que las palabras simplemente no pueden dejar de brotar. Ha pasado un tiempo desde que se ha soltado para hablar con alguien.
Y ha pasado aún más tiempo desde que ha caminado por tanto tiempo sin usar su máxima velocidad.
—¿Prefieres las caminatas? —pregunta cuando llevan ya una buena hora caminando.
—Siempre. Hay algo en caminar que me relaja.
—He de suponer que no vives muy lejos entonces, estamos a unas horas del amanecer.
—Del club vivo relativamente cerca, caminando es casi una hora y media. —Seokjin respondió sin problema. —¿Qué hay de ti? ¿Te gusta caminar?
—Depende de la compañía supongo.
Su intento de coqueteó fue débil y casi patético. O al menos así lo sintió.
—¿Soy buena compañía? —Yoongi se giró para enfrentarlo, sus ojos grises chocaron con los ojos azules de Seokjin que brillaban reflejando la luna.
—Lo eres.
Podría cuidar sus palabras, sí, pero no se mordía la lengua ni se guardaba las verdades cuando debían ser dichas. Aunque si se guardo algunas para después, si es que la noche y la caminata seguían un buen paso.
—¿Hace cuanto vives aquí? —era una pregunta fácil y aún así complicada. El tiempo era tan relativo para él.
—Quizás, cerca de cien años. Tal vez, tal vez menos. —Yoongi fue el primero en retomar el paso, dejando –aunque no lo quería–la mirada de Seokjin.
—Vaya, ¿cómo es que no te he visto antes entonces? —Seokjin sonaba verdaderamente curioso sobre él.
—Bueno, por lo que he descubierto de ti esta noche, en la última...—alzó su mano para ver su reloj haciendo que el contrario riera entre dientes. —en la última hora y cinco minutos. Sales por la noche mucho más seguido que yo, si fuera por mi pasaría todo mi tiempo en la comodidad de mi cama.
—Pero no tenemos que dormir.
—No, pero me gusta la sensación de estirarme después de estar un buen rato acostado.
Yoongi estaba seguro de que nunca había compartido tanta información con nadie. En sus casi trescientos años, personas habían entrado y salido de si vida, pero no había compartido con ellos lo que ahora con Seokjin.
—Estamos cerca de mi edificio. ¿Quieres pasar? —la invitación fue casi silenciosa.
Sonrojarse era casi imposible en los de su especie, pero por algún motivo sintió sus mejillas calientes y vio como las de Seokjin tenían un muy leve tono rosa, a penas visible a su vista superdotada.
Aceptó y siguieron caminando por apenas unos minutos más. Seokjin le guió hasta la puerta y luego por el recibidor hasta llegar al elevador.
En menos de un minuto ya estaban frente a una puerta con el número 13. Seokjin no tardó en abrirla y darle el pase. Yoongi dio un par de pasos antes de quitarse los zapatos y el chico con él hizo lo mismo.
—¿Llevas mucho viviendo en este edificio? —la curiosidad era parte de la personalidad de Yoongi.
—Me mudé a finales del año pasado.
—¿Haz tenido problemas?
—En mi familia hay un bufete de abogados que siempre saben que hacer con las cuestiones legales. Ellos ven nuestros documentos, los cambiamos cada década o dos. —Seokjin se movió por su departamento. Mientras Yoongi tomaba asiento en un sofá.
Era grande. Es lo mínimo que Yoongi esperaba, los Kim no eran exactamente vampiros con problemas económicos. Ni de lejos. No es como si su clan no fuera poderoso o acaudalado, pero no podía ponerse al nivel que representaba Kim Seokjin. Ninguna familia de vampiros podría.
—Lo siento, hace mucho que no hago esto. —se disculpó dejando un vaso con lo que parecía vino frente a Yoongi y acomodándose en el mismo sofá.
—¿Invitar extraños a tu casa? —dijo con una media sonrisa tomando la copa entre sus manos. El olor del líquido era suave, el color intenso.
Vino y sangre.
—Tener visitas en realidad.
—¿Qué hay de tus amigos?
—Si decidimos vernos, nunca es en nuestros lugares, excepto con Jungkook. —explicó para después dar un sorbo de su propia copa.
El acto bien pudo ser inconsciente, pero a ojos de Yoongi fue un movimiento sensual. Seokjin había pasado su lengua por sus labios para quitar cualquier residuo de vino en ellos, distrayéndolo por un instante.
—¿Cómo terminaste siendo amigo de un humano?
Las amistades entre vampiros y humanos no eran nulas, pero si poco comentadas. Habían prejuicios con ellas, pues era de lo más común tener humanos como fuente de alimento o algo más sexual y no era muy bien visto.
—Hace unos seis años, estaba por el río Han, en el puente y ahí estaba él. Más que listo para lanzarse. —su voz se escuchó con nostalgia. —No debemos meternos en los asuntos de los humanos, pero fue imposible no hacerlo, era tan pequeño. Estaba llorando y se veía tan roto. Solo...yo solo no pude dejarlo ahí y terminé por salvarle vida.
Esa era otra razón de porque las relaciones con humanos no eran del todo bien vistas. El cariño se siembra y termina por quedarse, y para un vampiro no hay nada peor que ver a alguien preciado morir, no cuando la inmortalidad es tu regalo de nacimiento y no quieres pasarla a otro.
—¿Lo sabe? —que eres un hijo de la noche y la sangre quizo agregar, pero se abstuvo.
—Fue parte de salvarle la vida. —sonrió, recordando supuso Yoongi. —Le dije que si bajaba de ahí le contaría la mejor de las historias.
—¿Te lo ha pedido?
—¿La conversion? —Yoongi solo asintió. —Lo ha hecho, pero no es a mi a quien le corresponde. Él y otro vampiro...tienen algo. Nada definido pero, si alguien debe y quire convertirlo, no soy yo.
—Así que...Kim Seokjin, vampiro de sangre y héroe. No lo esperaba. —Yoongi terminó su copa. Y al ser vino mezclado con sangre el efecto en su cuerpo fue rápido y certero.
—Min Yoongi, vampiro del clan más antiguo de protectores y un excelente escucha, buena combinación. —respondió jocoso.
La distancia había disminuido entre ellos en algún punto y ahora sus cuerpos podían tocarse con tanta facilidad. Los impulsos ganaron en Seokjin primero, quien cerró los ojos y dejó su mano posarse en el muslo de Yoongi.
Y este no tardo mucho en dejar a sus instintos correr también, acercándose a Seokjin para colocar su mano en su mejilla.
—Hace tanto que no hago esto...—se escuchó decir.
—¿Aceptar entrar en casa de un extraño?—se burló Seokjin.
—Besar a un chico que me guste.
Cerró sus ojos y se deshizo de todo espacio entre ellos. Dejando que sus labios buscaran por si mismos el ritmo.
—Quédate. —escuchó a Seokjin pedirle. —Está amaneciendo, quédate conmigo. —ninguno abría los ojos, como si hacerlo significara terminar con todo lo que habían creado.
Yoongi no se negó, sabía que no importaba si el sol ya estaba saliendo o si la noche apenas estuviera dando inicio, él quería quedarse.
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•Hola. Cherry aquí dejando un capítulo. Espero y les guste amsajslaoalañaqñ.
Como podrán notarlo me gusta el Sujin cursi, así que por las dudas de una vez les digo que esto tendrá momentos muy cursis.
Gracias por el apoyo y nos leemos pronto.
—Cherry. 🍒.
Fighting.
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Seoul At Night || Sujin||Jinsu
RomanceEs como un mundo diferente. Las luces se encienden y la ciudad cobra una vida. Es extraño, mientras el sol persiste en el cielo es una ciudad llamativa y claramente un lugar que SE debe ver pero, por la noche... Por la noche es como si la ciudad to...