10 OBRAS BREVES (VOL 1)

ENFRENTANDO A LA VIDA

Un hombre sentado en una silla de espalda al público. Se encuentra mirando fijamente una ventana. Su ropa está un poco holgada y gastada. Los pocos muebles que hay son improvisados, la mayoría con maderas y clavos sueltos. Se percibe un abandono en el cuidado de la sala/casa. Desde el momento en que el público ingresa, él está balbuceando unas palabras casi imperceptibles.

RICARDO: ¿Qué fue de mi? Pensé en más de una ocasión... La vida no es fácil, mucho menos justa... A veces tardamos años en volvernos profesionales, para disfrutar de las comodidades, gustos y placeres pulposos de la vida... Años para prepararnos y luego nadie te hace caso. ¡Cuánto nos cuesta posicionarnos!

RICARDO se dirige por un vaso que contiene lo que aparenta ser jugo de manzana.

RICARDO: Si uno no tiene un amigo, si uno no tiene un familiar... si uno no hace un favor... O tal vez uno tiene que salir mil veces haciendo lo mismo... Hasta que uno queda encasillado...

Yo no sé si me pasó, pero aquí estoy, encerrado en estas cuatro paredes... (Toma jugo)... ¿Por qué? Tal vez ustedes quieran saberlo... Tal vez se lo preguntan... Porque cuando los vi, observé sus caras... No les gustó ver algo tan deteriorado. No me refiero a mi, me refiero a la ambientación... A mi me gusta. Refleja con mi situación... Una persona alejada de todo, alejada de esa sociedad... La misma sociedad que nos come, que nos destroza, que nos desarma... Que nos critica... Que nos desnuda... Que nos muestra que es más poderosa que nosotros y nos pone a la deriva...

RICARDO se apoya en una de las paredes. No puede dejar de mover la mano izquierda. Aparenta ser un tic adquirido en este tiempo en el que se recluyó en esta habitación.

RICARDO: Pensar que decimos que vivimos en sociedad, que tenemos una linda sociedad... ¿Cuál linda? ¿En quiénes te puedes apoyar más allá que tu familia... ? ¡Y eso en algunos casos!... Claro, alguna amistad... ¿Pero cuántos más? Te apuesto que no más que cinco. Tal vez creas que son más, pero... No. El tiempo te hará ver la realidad, quitarte esa máscara... Y verás la realidad.

Por mucho tiempo yo luché por conseguir todo lo que quise, una casa, un jardín, miles de viajes, el reconocimiento, el éxito... Y lo logré. ¿A qué precio? Creo que no lo sé. Incluso cuando lo tuve todo me cayó de sorpresa ganar la lotería... ¿Para qué necesitaba más? Solo recuerdo que un joven me ofreció el billete, porque (imita al joven) "es el último billete, es de la suerte"... Lo único que le pude decir fue "No... Será una suerte para ti vender el último. Para mi... No sé... creo que ya tuve demasiada suerte". Siempre nos quieren vender el de la suerte... Es como cuando te dicen que nunca te lastimarán... Uno en un millón... Los demás 999,999 te lastimarán. Una sola persona, sin contar a tu familia te lastimará... Y probablemente es persona esté en tu corazón por siempre. Porque será la única que te entenderá, cuidará y protegerá...

Yo le di el billete que llevaba y unas monedas más... No por el dinero, porque nunca me faltó... aunque sea difícil de creer... Pero a ese joven le hacía falta el dinero más que a mi... Total, yo ya había disfrutado mucho.

Irónicamente, dos días después del sorteo... Escuché a alguien mencionar los números, no sé si en la tele, en la radio... o al caminar. Me hacían click en mi cabeza... Al llegar a mi casa, solo por el morbo, busqué en aquél saco que llevaba en el momento de comprarle el billete... Lo sentí, lo saqué... Y era el mismo número que había escuchado. Corroboré buscando los resultados en internet... Irónicamente, el tipo que no creía en el famoso "es el de la suerte"... Ganó.

RICARDO muestra el billete mientras lo analiza por todos lados.

RICARDO: Cuanta gente debe llenarse de satisfacción al saber que este pedazo de papel te puede traer millones de papeles rectangulares...