5.

507 19 1
                                    

La semana acaba igual de rápido que empieza. Las clases han avanzado a pasos agigantados y ya tengo un taco de apuntes bastante gordo de cada una de las asignaturas sobre mi escritorio esperando a que me ponga a estudiarlos. Como dije, historia de la danza es por ahora mi asignatura favorita y dibujo técnico se ha presentado como la pesadilla de cada una de mis noches. Estoy bastante más atrasada que el resto de mis compañeros y no puedo permitirme suspender ninguna asignatura, por lo que he estado pensando seriamente en buscarme un profesor particular.  A parte de eso, ha sido una buena semana. Evan y yo hemos quedado cada uno de los días tanto para desayunar como para almorzar juntas, por lo que ya la considero una amiga y eso es algo realmente gratificante para mí. Con respecto a Hope, tan solo ha asistido dos días a clase y porque prácticamente la obligué a ir. Se supone que biología es una de las carreras más difíciles, tiene que ir a clases y al menos coger apuntes. Hablando de ir a clase, no he vuelto a ver a Harry por el campus en toda la semana, por lo que doy por echo de que no ha asistido a ninguna de las clases. A veces me parece escuchar su voz en el pasillo junto con la de Loren, por lo que eso es todo lo que he sabido de él durante estos días. Hoy es Sábado y por lo visto se monta una de las fiestas de fraternidad más grandes de todos los tiempos, fiesta a la que le prometí a Hope que iría si ella acudía a sus clases. Me pasé media semana intentando convencer a Evan de que viniera conmigo para no estar sola con Hope y sus amigos, pero fue algo imposible de conseguir. Ahora no puedo excusarme de ninguna manera para no ir. 

— No puedes ponerte esa ropa, Sam.— se queja Hope mirando el suéter y los vaqueros que he sacado como conjunto para la fiesta. Supongo que a la gran falta de éstas durante mis dieciocho años de vida, no tengo nada arreglado que ponerme. Mi ropa se basa en camisetas básicas y suéteres con vaqueros, muchos vaqueros. 

— ¿Porqué no? es la ropa que tengo y con lo que estoy cómoda.— me encojo de hombros sin entender que problema hay con que vaya en suéter y vaqueros a una fiesta. Además, yo no quiero ir a esa tonta fiesta, si voy es por que se lo he prometido y quiero ir como yo quiera. 

— Pero vamos a una fiesta, no a la facultad. Esto ya te lo pones cada día.  Déjame que te preste algo mío, por favor, por favor, por favor.— me ruega una y otra vez sin dejarme tiempo a ni siquiera negarme. Supongo que llevar algo suyo tan solo para que se calle no es tan mala idea. Termino por asentir y al instante un grito sale de sus labios antes de correr hasta su armario para sacar todo tipo de ropa. Observando y analizando todo lo que me saca, me doy cuenta que Hope tiene ropa muy bonita y para nada provocativa. No como la ropa que usan Loren y su grupo de amigas. ¿Estarán ellos en la fiesta? ¿Harry estará? Seguro que sí. Me dan ganas de preguntarle a Hope si les conoce, pero tampoco quiero que se piense cosas que no son, por lo que decido mantenerme callada mientras me decido por un vestido de color azul que tapa todo lo que tiene que tapar pero sin ser demasiado largo. Es simple y bonito. 

Tras una hora de preparación, en la que yo tan solo tardé media y toda la otra hora la ocupó Hope y su maquillaje. Yo apenas me puse un poco de rimmel, colorete y algo de brillo de labios, nada muy exagerado. Cuando terminamos y la miro, ella luce despampanante y yo tan solo luzco... Yo. Uno poco más guapa de lo que voy normalmente, pero yo al fin de cuentas.  

— Venga vamos, que nos están esperando en el coche.— exclama Hope tirando de mi brazo hasta la puerta. Ni siquiera me da tiempo a coger el bolso ni una chaqueta por si luego por la noche empieza a refrescar, lo único que espero es que no quieran volverse muy tarde. Cuando salimos al campus, se puede escuchar la música del coche de Warren que está aparcado a varios metros de nosotras.

— Ya verás como nos lo vamos a pasar en grande, tú no te separes de nosotros y no te juntes con la gente equivocada.—  me aconseja Hope a unos pasos de llegar al coche, donde se pueden ver cuatro cabezas; reconozco a Warren y al chico rubio de la otra vez, Oliver creo que se llama. A su lado, una morena de rasgos asiáticos se está terminando de retocar el brillo de labios utilizando uno de esos espejos de manos. 

Pieces (h.s)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora