8.

633 22 10
                                    

Mi mente no está exactamente en el lugar donde debe estar mientras camino al lado de mi castaña amiga en dirección al aula de Historia. Intento con todas mis fuerzas estar atenta a todas las quejas que no paran de salir de la boca de Even sobre su compañera de habitación y lo alta que pone siempre la música impidiéndole estudiar. Yo lo único en lo que puedo pensar es que no quiero ver al rizado después de la pillada en la cafetería y que posiblemente me muera de la verguenza y estoy más que segura de que él se jactará de ello. Se habían burlado de mí antes por ser la chica que prefiere quedarse leyendo un libro y pasando apuntes en la biblioteca antes que salir a emborracharme en una fiesta, pero nunca antes habían llegado al nivel de Harry, el cual parece que su única intención es sacarme de quicio de forma constante y hacerme quedar en ridículo. Bueno, a veces de eso ya me encargo yo sola, pero igualmente no le soporto. Como siempre, llegamos diez minutos antes el inicio de la clase y tan solo están ocupados un par de asientos de las filas de atrás, por lo que rápidamente nos dirigimos a nuestros asientos de siempre en la segunda fila. Lo primero que hago es sacar mi carpeta repleta de apuntes que me había molestado en bajar del campus y el ordenador por si acaso tenía algo importante que copiar. 

— ¿Qué planes tienes este fin de semana?—  pregunta Even haciendo exactamente lo mismo que yo, aunque su nivel de apuntes era bastante más bajo que el mío. No sé muy bien que responder a su pregunta ya que no tenía ningún plan para el fin de semana debido a que aún faltaban bastantes días para eso. 

— Realmente no he pensado mucho en eso, seguramente me quede estudiando o leyendo algún libro, ya sabes. Nada de fiestas, eso te lo aseguro.— río estando bastante segura de mi última respuestas. Las fiestas se han acabado para mí.

— Había pensado que puedes pasarte este fin de semana por mi cuarto y estudiar juntas, mi compañera de habitación se va así que podríamos aprovechar.— ofrece haciendo que se convirtiera en uno de los mejores planes que me han ofrecido desde que empecé el curso. 

— Claro, me parece genial. Es lo que tendríamos que haber hecho también el fin de semana pasado.— contesto notando como la clase de a poco comienza a llenarse. Unos minutos después, el señor Simons aparece en la escena cargado con su típica mochila de mano y su camisa de cuadros. Se vuelve a escuchar el sonido que hace la puerta abrirse, pero mis alarmas no se disparan hasta que no siento como una persona se sienta justo en el asiento de detrás. Sé que es él sin ni siquiera verlo, y de pronto vuelvo a encontrarme nerviosa. Decido que ignorarle es la mejor de las opciones, y al escuchar su risa socarrona justo detrás, compruebo que solo ha venido para burlarse de mí. No obstante, esta vez no le daría chance a ello. 

— Buenos días a los presentes, me alegra ver que el número de alumnos ha aumentado considerablemente con respecto a la semana pasada.— comienza a hablar el profesor haciendo que mi mente se centrara en la clase y no en el rizado que está sentado detrás de mí.—  Debido que aún no hemos profundizado en el temario, el cual ya está listo para que lo descarguéis e imprimáis en el campus, he pensado dedicar esta clase  a un vídeo muy ilustrativo sobre el arte griego y romano. Os aconsejo que cojáis apuntes, pues todo lo que demos en clase es materia de examen.—  finaliza el pequeños
discursillo informativo haciendo que encendiera rápidamente mi ordenador, preparada para coger todos los apuntes posibles del vídeo. 

Veinte minutos de vídeo después y la mano cansada de tanto escribir, ya me encontraba completamente aburrida. Tanto, que varios bostezos y suspiros se me habían escapado durante la reproducción. Nunca en mi vida he visto un vídeo tan sumamente aburrido como este, al menos no uno que durara la hora y media de clase.

— Que sepas que se te da como la mierda fingir que te interesa esto.—  escuchar su ronca voz directamente sobre mi oído hizo que mi cuerpo se tensara completamente y que el bello de mi nuca se erizada. Si antes estaba prácticamente apunto de dormirme, ahora estoy más despierta que nunca. 

Pieces (h.s)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora