7.

474 19 4
                                    

De repente me encuentro observando cada uno de sus actos, como se levanta y se limpia el sudor de las manos en sus vaqueros antes de acercarse a mi, lo que hace que por instinto de un paso hacia atrás rodeando mi cuerpo con mis propias manos. No entiendo que hace aquí a estas horas cuando me acuerdo perfectamente de haberle visto bastante entretenido con Hope cuando me fui. Me siento un poco tonta cuando se para y me sonríe de forma tranquilizadora al ver mi infantil reacción, metiendo sus manos en sus bolsillos.

— En cuanto Hope descubrió que te habías venido sola, se puso como loca y me mandó para asegurarse de que habías venido sana y salva. No soy ningún acosador ni nada, Sam. — bromea haciendo que mis mejillas adopten un colo rojizo de la vergüenza. Obviamente esa es la razón más lógica por la que el novio de Hope está ahora mismo en mi cuarto intentando explicarse debido a mi reacción de niña asustadiza. Warren es realmente amable y atractivo, muy atractivo. Su piel morena reluce  al igual que lo blancos que se ven sus dientes en contraste con ésta. Ahora puedo entender porqué Hope está tan enamorada de él, pues luce como el chico perfecto que todas esperamos que aparezca en nuestras vidas. Es completamente distinto a Harry, y ni siquiera sé porqué los estoy comparando pero no puedo evitar fijarme en lo diferentes que son. Quizás por eso sus grupos no se llevan bien, porque son como el agua y el aceite. Warren tan amable y simpático siempre, mientras que Harry tan insolente y maleducado. -Y atrayente- . Quiero golpearme tan solo por que estos pensamientos crucen mi mente, no entiendo muy bien que me pasa y no sé porqué estoy comparando al capullo de Harry con el perfecto novio de mi compañera de habitación. 

— No te preocupes Warren, solo me sorprendió verte aquí. — contesto dedicándole una ligera sonrisa antes de dejar la chaqueta sobre la silla y caminar hasta mi cama para sentarme en ésta sin realmente saber que más decir. Tan solo quiero que se vaya para poder cambiarme y meterme en la  cama, por lo que realmente  me sorprendo cuando camina a paso lento hacia a mi y se sienta a mi lado. Automáticamente su fragancia se cuela por mis fosas nasales, haciendo que tenga que bajar la mirada por unos segundos sintiendo como que de alguna manera le estoy faltando el respeto a mi amiga sin hacer absolutamente nada. Y nunca se me ocurriría hacerlo ni fijarme en Warren, por muy atractivo y amable que sea. 

— Veo que no eres mucho de fiestas, ¿no? — pregunta haciendo que una pequeña risa se escape de mis labios a la vez que niego con la cabeza. Es bastante obvio que las fiestas no son lo mío, aunque ahora veo bastante idiota la idea de haberme venido andando sola. Bueno, realmente no me vine sola pero solo la idea es realmente irracional y muy impropia de mi. Aunque pensándomelo bien, ha servido para darme cuenta de que no quiero volver a ir a ninguna. 

— No, para nada. Posiblemente esta ha sido la única fiesta que pise en todo el semestre, aunque Hope intente arrastrarme a una de nuevo. Soy de las que disfrutan más con una película y una manta.—  respondo encogiéndome de hombros mientras me gano una pequeña risa de su parte. No puedo evitar pensar en lo bonita que es la sonrisa de Harry, y como parece un niño cuando sonríe con esos graciosos hoyuelos.  

— Cuando eres miembro de una fraternidad, supongo que no hay mucho más que hacer por la noche. — responde haciendo que las ganas de preguntarle sobre sus estudios se genere en mi interior, pero decido no hacerlo para no tener que añadir un nuevo tema de conversación a las tres de la mañana. En ese momento entro en pánico al pensar en la broca que mi madre va a echarme mañana por no haberla llamado en todo el día, y es realmente un milagro que no se haya presentado aquí montando un gran espectáculo de los suyos. Decido levantarme y alisar la falda del vestido azul de Hope que llevo puesto como indirecta a que quiero que se vaya pero sin que sea algo irrespetuoso por mi parte. Tampoco es que quiero que se vaya por que su compañía no me resulte agradable, si no porque no veo conveniente estar manteniendo una conversación a las tres de la mañana con el novio de mi compañera de piso. Y además, tengo un montón de cosas que hacer mañana y no quiero que las sábanas se me peguen y levantarme mucho más tarde de lo que estoy acostumbrada. Cuando le escucho carraspear y observo como se levanta de la cama, entiendo que ha pillado la indirecta. Ahora es cuando se ha vuelto una situación incómoda y no sé realmente que decir para romper el hielo y despedirlo educadamente. 

Pieces (h.s)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora