— Luffy... — susurró la pelinaranja, dudando de lo que sus ojos le mostraban. Se quedó observándolo asombrada; definitivamente era él. Esa cicatriz, esos ojos, ese sombrero colgado a su espalda y esa sonrisa encantadora.
Mientras que Nami y el chico se miraban sin decir nada, Nojiko, que venía atrás de su hermana, notó lo que estaba pasando y supo que aquel era el joven del que le había hablado la chica la noche anterior, pero no quería arruinar su momento, por lo que decidió quedarse atrás, observando la escena a la distancia.
— ¿Por qué estás aquí? Quiero decir, me alegra que lo estés, pero yo creí que te marcharías...—decía Nami sin creer aún que él fuese uno de sus nuevos guardias.
— Bueno, estaba en busca de trabajo y hoy, cuando apenas salía el sol, tu padre llegó al pueblo y puso un anuncio, así que aprovechando que estaba ahí, hablé personalmente con él y me gané el empleo... Y al mismo tiempo me enteré de que era tu padre — contestó el moreno sonriendo feliz, poniéndose de inmediato más serio.
— ¿Por qué me dejaste solo ayer? De verdad quería que vieras esa feria ¡Y quería ver contigo los fuegos pirotécnicos! Pero solo me dejaste esto — y sacó el anaranjado mechón de cabello.
— Lo siento... No quise marcharme así, pero no quería que te ocurriese nada malo. Además pensé que no te volvería a ver, por eso te deje aquel mechón de cabello, pero viendo que vas a ser mi guardia, te pido que me lo regreses, por favor — dijo un poco avergonzada por la situación.
— ¿¡Qué!? ¡Nunca! Esto ahora es mi segundo tesoro y por nada del mundo te lo devolveré —contestó con un mohín en la cara, pero no pudieron continuar con aquella animada conversación puesto que la voz de uno de los nuevos guardias los interrumpió.
— Oí Luffy, no deberías molestar a la señorita de esa manera, estamos en el trabajo — dijo acercándose a ellos y poniendo una mano sobre el hombro del moreno.
— Oh, ¡Ace! ¡Pensé que te habías quedado durmiendo! — exclamó Luffy al nuevo chico que estaba ahí. Nami, viendo que ambos chicos se estaban molestando mutuamente, decidió preguntar.
— ¿Ustedes se conocen? — y se quedó a la espera de una respuesta.
— ¿Que si nos conocemos? Diría que es algo más profundo que eso — contestó sugerentemente Ace, provocando que Nami se imaginase más de una cosa extraña.
— ¡Pero no pienses nada raro! ¡Solo somos hermanos! — corrigió rápidamente Luffy al ver el extraño rostro que comenzaba a poner la chica.
— Y veo..." Y yo ya me estaba imaginando algo más que eso..."
— De todas maneras, me llamo Nami, tú eres Ace, ¿verdad? — comentó al chico pecoso.
— Exactamente, me llamo Ace... Así que eres tú la famosa Nami, mi hermanito no me dejó ni dormir contándome cosas de ti, lo hubieses visto, estaba muy deprimido cuando llegó a la posada y— pero no pudo seguir comentando mucho más porque el moreno le había tapado la boca rápidamente para que se callara.
— De todas maneras, ¿quién es la chica que está allá atrás? Hace un buen rato que está ahí — comentó Ace corriendo la mano de su hermano de su boca. La pelinaranja se volteó y vio a su hermana parada bajo la sombra de un árbol, observándolos.
— Es mi hermana mayor... La llamaré, creo que no quería molestar — una vez dicho esto, comenzó a caminar hacia la mayor.
— Nojiko ven, ¡quiero que conozcas a Luffy y a su hermano!
— Nami... No creo que sea correcto que sigas aferrándote a ese chico, menos después de lo que nos dijo Gen-san hace unos momentos — soltó de pronto la morena dejando notar un dejo de desánimo.
ESTÁS LEYENDO
Mi querido guardián
RomanceNami, la hermosa hija del hombre más millonario del país. Luffy, un mercenario apasionado por viajar. Estas dos personas se conocieron por azar del destino, pero es el mismo azar el que se encargará de llenarlos de obstáculos e intentará separarlos...