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Por la noche, Hermione me abordó y me llevó a la sala de menesteres.
-¿Y...?- me preguntó nada más llegar.
- ¿Y qué? - no entendía.
-¡Malfoy!¡¿Qué pasa con él?!¡No paras de mirarle!
-Lo siento...- me disculpé, no podía evitar sentirme mal por buscarle en todas partes. Se suponía que nos odiábamos.
-Hey-, no te preocupes- rió.
Me extrañé.
- Tú no odias a Dra...dijo Malfoy?- pregunté, confuso y avergonzado.
-A ver...- se quedó en silencio un rato, como intentando encontrar las palabras adecuadas para decir lo que quería contarmr- Draco no es tan mal chico. Es verdad que no me cae especialmente bien, pero está claro que su vida es un poco complicada... Creo que su padre no le ha enseñado exactamente en la bondad y el respeto, que tampoco justifica que se burle de la gente por su sangre- recordé cuando la llamó sangre sucia por primera vez, Hermione lo pasó fatal- pero se nota que ya vida no es fácil- finalizó.
Le miré confuso.
-¿Y eso?- pregunté- ¿Desde cuándo piensas así?
Incómodo, se removió en su silla. Ahí me di cuánta de algo.
-Tu sabes algo que yo no se- la acusé sonriendo.
Me miró a los ojos y cojió aire.
- Verás... En primero, bueno, en el tren llenado a Hogwarts me encontré con él. Todos los vagones estaban llenos y Draco estaba solo- ¿Draco?¿Hermione le llamaba por su nombre?- parecía triste- me acordé de cuando le encontré en el bosque. Al parecer no es tan insensible como creía. La chica continuó- Le pedí permiso para sentarme con él. Forzó una sonrisa y me respondió amablemente que sí. Estuvimos hablando y riendo. La verdad es que es muy listo. Fue todo muy bien hasta que llegó Neville preguntando por su sapo. Nos presentamos y salió a la luz que mis padres eran muggle. Draco se sorprendió mucho y me miró mal. Descubrí entonces que no merecía la pena y fue a buscar el sapo de neville.- espera estaba...¿Llorando? La abracé. Se secó la cata con el dorso de la manga y sonrió con sarcasmo- estuve colgada por él dos años.
Me chocó. Me chocó mucho. ¿Qué es eso que sentía en el pecho?
-Vaya, lo siento- respondí, intentando olvidar mi mala sensación.
Ella se rió.
- Ya fue hace tiempo, no me gusta ni nada . Solo que...Harry, no es tan malo como quiere aparentar. Esta solo, estoy segura de que tú puedes ayudarle.- fijo mientras me cojía de la mano- y sabes que todo me parece bien. Yo te quiero igual.
Nos pasamos unos segundos mirándonos, hasta que su risa rompió el silencio.
- Y bueno ¿Qué?- pregunto pícaramente.
- Bueno... No sé...
- ¿Te gusta Malfoy?
Qué directa. Me sonrojé.
-¡No!- grité- bueno la verdad es que no lo sé. Tuvimos un encuentro en el bosque prohibido y...
- Espera ¡¿Qué?!
Fue mi turno de reírme, su cara era épica.
-Resulta que el otro día...
Y se lo conté.
- Wow, ¿qué crees que le pasaría?
- No lo s...
La puerta abriéndose me interrumpió. Una cabeza rubia se asomó por detrás de los muebles.
-¿Potter? ¿Granger?- escupió
Hablando del Rey de Roma...
-Malfoy- saludé rudamente, intentando esconder mis mejillas rojas.
-Adiós Harry- se despidió Hermione. Me las pagará
-Adiós Hermi.
Cuando se fue, Malfoy habló
-¿Montandotelo con la rata de biblioteca?- preguntó con ironía. Al decirlo su cara cambió.¿Qué?
Le miré mal y salí de la sala.
- Ah, y...Buenas noches Malfoy- dije, dejándole solo en la habitación con la boca abierta.

Malfoy...¡TE ODIO!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora