Malfoy...¡TE ODIO!

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En el momento me había sentido orgullosos de mí mismo por haberle dejado sin palabras, pero tras una noche de sueño, la vergüenza pudo conmigo.
A la mañana siguiente, nada más entrar en el gran comedor busque en la mesa de Slytherin, pero no vi a Draco por ningún lado. No me preocupé. Era sábado y probablemente estaba durmiendo. Volví a mirar de reojo a la mesa de las serpientes y algo sí me alarmó entonces. ¿Dónde estaba Pansy? Por favor que no estuviese con Draco por favor. Pasó el tiempo y no llegaban. Ron intento llamar mi atención varias veces, pero yo no le hacía caso. Hermione intentaba contenerle. Tardé todo lo que pude desayunando para esperar al rubio, pero ya era tarde y habíamos quedado el trio d oro para ir a Hogsmeade junto a Ginny, Neville y Luna. Ya estaba en la puerta saliendo cunado choque con alguien. Los dos caminos al suelo y se sonrojó, algo extraño en él
-Lo siento Draco...-me disculpe nervioso
-Para ti soy Malfoy-grito cortante- ¿Me oyes cara rajada? No me hables
Sentí mi corazón rescrebrajarse en mi pecho. ¿Pero por qué? ¿Que sentía hacia ese chico de ojos mercurio?Dignamente, aunque roto internamente, me levanté aguantando las lágrimas. La vi. Pansy Parkinson. Cojida de su mano cariñosamente y mirándolo amorosamente. También vi como el le daba un beso lleno de lujuria. Mi corazón, ya roto, se rompió más aún en miles de pedacitos. Una sola mirada de odio del chico basto para que mis húmedos ojos estallaran en llanto. Intentando esconderlo, corto hasta mi habitación. Y no salí de allí en todo el día.