Ladrón que roba a Ladrón

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Capítulo 2

El atractivo muchacho alto y desgarbado caminaba de regreso a su casa luego de una noche fructífera. Dos clientes ,un hombre y una mujer con más ganas de él.  El universo lo había premiado con ese cuerpo y él sacaba provecho. Un metro ochenta y nueve, delgado pero no famélico, un buen y bonito trasero, una cara atractiva y un par de ojos azules como el cielo que contrastaban con sus rizos negros. La piel de la textura de una magnolia. Blanca como la leche. Lo eran ser bastante cotizado en el medio que se movía. La agencia estaba feliz con él y él feliz con la agencia.

Sonrió para sus adentros mientras revisaba su celular. Los pagos ya estaban hechos. Esto de ser un "sugar baby" era lo suyo, sobre todo porque no se comprometía emocionalmente en lo absoluto con ambos clientes, sólo era un pequeño objeto decorativo, una mascota. Alguien a quien presumir en las fiestas o reuniones sociales de cualquier índole. 

Se dirigió a su casa y mientras caminaba a paso calmado, sacó un cigarrillo  y por su cuadra pasó rozando  a un  desconocido que le ofreció encendérselo  con una sonrisa sacando un pequeño encendedor de su chaqueta.

-¿Quieres fuego ricura? -  Esa voz rasposa y erótica lo dejaron por un momento sorprendido. No es que no haya recibido nunca este tipo de invitaciones, pero esa voz tenía un matiz especial.

Escuchó sin inmutarse, pero deteniéndose. ¿ Por qué no? Un poco de compañía sin que sea retribuida, por diversión. Puede ser muy interesante. Se paró en seco y miró al extraño. Su rostro era un tanto borroso por las sombras de la noche. Debían ser alrdedor de las once.

-Fuego y algo más. - Dijo con voz provocativa. ¿Porqué no vienes y lo tomas? Ya me iba rumbo a mi casa. - Guiñó un ojo y le hizo un ademán de que si quería, lo siguiese.

El extraño asintió sin decir nada más. Esa actitud suya lo derretía. Se le notaba muy dominante y de esos que son capaces de hacerte gritar toda la noche.  Se  lamió los labios y pensó que iba a pasarla genial. En su mente se reproducían todo tipo de imágenes llenas de lujuria. 

Apuraron el paso y llegaron a un mini chalet. Aún empezaba en el mundillo de los Sugar Babies Agency así que no llegó aún al nivel en que muchos de sus compañeros habían llegado. Siendo propietarios de caros departamentos o Pent Houses otorgados por sus clientes adinerados. El extraño caminaba a su lado pero sin mirarlo. Sólo con pequeños ademanes que decían: "llévame".  Quizás era de esos reservados, que querían desenfrenarse en la privacidad de una habitación.

Entraron al lugar y él se quitó la chaqueta esperando una especie de juego de seducción previo. Un beso, un abrazo, una caricia. Quien sabe, no conozco a esta persona - se dijo empezando a caer en cuenta que un completo desconocido había entrado a su casa.

Sintió dos manos enguantadas en su cuello. 

- Sólo quiero que seas mío hoy...bebé. - Esa voz lo llenaba de espectativa erótica. Ya gracias a eso estaba empezando a sentir un ligero tirón en su entrepierna. 

-Vamos a jugar si? 

Asintió sin mas. Éste era de los Kinkys. De los pervertidos que logran que hables de ellos durante meses y los recuerdes durante años. Dioses, iba a ser una noche de aquellas. -Se relamió nuevamente y sintió como una tela le quitaba el campo de visión. 

- Oye...al menos vas a decirme tu nombre?

-No. No hasta que termine. - Se escuchó un suspiro pesado en su lugar.

CINCO (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora