III. Vuelo a Hoenn

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Después de llamar a mi madre, comentándole que tendría que salir de la región, cedió entre preocupaciones. Hacía la hora de la tarde me encontraba con el profesor Roble camino al aeropuerto de Ciudad Trigal. La lluvia no paraba pero mientras salíamos del perímetro cercano a Pueblo New Bark los rayos y la intensidad de la lluvia disminuían.

—Profesor. ¿Por qué cree que Zekrom y Thundurus estén en Johto?— aún tenía muchas dudas y Roble había hablado sin mostrar los pormenores de la investigación

—Esos Pokémon residen en Unova. No veo motivo de su presencia aquí.

—¿Cree que las anomalías en el resto del mundo también tengan que ver con la actividad de los Pokémon legendarios?

Yo sí lo pensaba, muchos de ellos tienen sus poderes ligados a la naturaleza, el mar, la tierra, las tormentas, las erupciones volcánicas, huracanes, etc. Me resultaba fascinante cuando nos hablaban de ellos en las clases, siempre me hubiera gustado ver a un legendario de cerca, peo cuando pasó no me dio tiempo de pensar en nada, solo vi mi vida en riesgo. Por algo se les denomina legendarios, tienen un poder descomunal, que hasta entonces había estado pasivo del mundo.

—Sí. Pero hay algo más allá de ello. Alguien los está provocando...Verás hace tiempo se levantaron sectas que perseguían propósitos malvados. Tenían diferentes nombres dependiendo de la región y de sus propósitos. Y parece que luego de muchos años han vuelto a surgir. Pero esta vez no es solo problema de una región.

—El equipo Rocket— dije recordando las viejas historias de mi abuelo.

—Aquí en Johto y Kanto ellos fueron quieren se encargaron del caos. Pero existieron más, el equipo Magma y Aqua en Hoenn. El Galaxia en Sinnoh. etc.

—¿Un entrenador Pokémon puede poseer un Pokémon legendario?— Intenté cambiar de tema mientras respondía con una mirada llena de perplejidad

—¿Por qué la pregunta? Eso no puede pasar, es imposible contener el poder de uno en una pokéball, sin contar que son muy difíciles de ver, algunos incluso permanecen aislados de la humanidad.

—El campeón de la Liga poseía a Raikou en su equipo.

—¿Raikou? ¿Estás seguro? ¿El mismo de las leyendas de antaño?

—Lo juro, profesor— él se perdió en sus pensamientos y yo no dije nada más.

El resto del trayecto continuamos en silencio. Cuando por fin llegamos al aeropuerto, la encargada nos alertó que se habían cancelado los vuelos hasta que la tormenta se detuviera, el profesor insistió que se trataba de un asunto urgente, la chica, escéptica levantó el teléfono y tras intercambiar palabras con alguien del otro lado de la línea, nos invitó a esperar en la sala de espera. Tras veinte minutos de espera, llegó al lugar una cara conocida. Era el Líder de Gimnasio del tipo volador. Su nombre era Raigo. Alto, corpulento, de ojos y cabello azul. Además de ser líder antes también era aviador.

—Yo me encargaré de llevarlos.

Subimos a un avión jet pequeño. No llevábamos mucho equipaje, solo lo necesario, el profesor había advertido que sería un viaje para recaudar información, tan pronto como lo hiciéramos, volveríamos al laboratorio a atar cabos. Raigo indicó que abrocháramos bien nuestros cinturones de seguridad y que en un par de horas estaríamos arribando a Hoenn.

El jet despegó. Ir sobre él era como ir sobre un camino de relieve irregular. Le advertí que evitara sobrevolar sobre las cataratas Tohjo y le expliqué por qué. Él, que estaba estaba al pendiente de las noticias nos dijo que conocía una ruta de vuelo segura para evadir lo más posible el ojo de la tormenta.

ApokélypseWhere stories live. Discover now