Cuidare de ti. [Aizawa Shouta]

[掃除]

Gracias a la llegada del fin de semana, la chica busco recompensar sus horas de sueño, todo hubiera sido perfecto, pero una llamada telefónica interrumpió su dicha. Tomo la llamada.

-¿Hola? -contesto la chica somnolienta.-

-Espero ese tono en tu voz sea porque estas ocupada.-Era Endeavor, su jefe.-

-¿A que se refiere? -la castaña respondió en confusión.-

-Si quieres terminar tu servicio social lo antes posible deberás ayudar en cualquier actividad en la UA, TODA la semana. -Hoshi al escuchar se tiro en su cama inconforme.- Son las 11 de la mañana en punto, si no estas trabajando te ordeno que vayas de una vez. No quieras evitarte de tus verdaderas obligaciones por tu servicio social. Vuelve cuanto antes o no se te recibirá de nuevo. 

-Esta bien, iré cuanto antes. -colgó la llamada.-

"Carajo" se dijo para si misma. Tomo un desayuno rápido, se puso ropa cómoda, que con sitia en un pantalón y zapatos deportivos, una camisa rosada holgada y su cabello recogido con una coleta, y se dirigió a la UA, llegando a su destino fue en busca del director para que le diera instrucciones de lo que haría. 

-Con permiso. -Entro a la sala del director.- 

-Oh Akiyama-san. Es un gusto verte. -el diminuto director estaba sentado en su silla tomando una taza de te.-

-Igualmente. -se poso frente a el.- Vengo ya que quiero hacer algo que me ayude a mi servicio social. 

-Se ve que realmente te importa terminar.  -dio un sorbo a su te.- Bueno, puedes ayudar a los conserjes a limpiar. ¿Esta bien?

-Me parece perfecto. Muchas gracias. -la chiquilla dio una sonrisa.-

-Esa es la actitud. -el director empezó a reír con locura.- 

Hoshi se despidió y salio de la sala. Abría puerta por puerta en busca de un solo conserje, hasta que llego al baño de los chicos donde encontró a una mujer rubia limpiando los espejos.

-Disculpa, soy Akiyama Hoshi. Vengo a ayudar con la limpieza. -se presento cordial.-

-Hey, ¿No eres la chica que le quitaron el puesto de héroe? -comento picara la mujer.-

-S-Si. ¿Como sabe eso? -la chica se sentía algo avergonzada.-

-Querida, soy conserje. Aveces cuando uno limpia, escucha cosas. -confeso la rubia.- Todos los conserjes hemos hablado de ti.-rió.-

Hoshi se sentía apenada, no se había imaginado que la noticia pudiera circular de tal manera.

-Pero no te preocupes, de los castigos también puedes sacar cosas buenas. -la mujer sonrió.- Me llamo Hashimoto Hana.

-Un gusto. -la castaña aun seguía muy apenada, pero debía hacer tiempo.- ¿Hay algo en lo que pueda ayudar?

-Si, toma ese trapo y ayúdame a limpiar los espejos. -Hoshi obedeció.-

-¿Y el rociador del agua? -miro por todos lados.- 

-Es verdad, mi quirk es rociar agua de mis manos, por eso no hay un rociador. -Hana miro a todos lados buscando que podría hacer.- ¿Cual es tu quirk?

-Desprendimiento.-le explico su particularidad.-

-Excelente. -Hashimoto encontró un uso para el quirk de la chica.- Con tus manos, ayúdame a limpiar lugares difíciles de llegar. 

Hoshi accedió. Durante la limpieza del baño empezaron a charlar. Hablaron un poco de todo, Al terminar la limpieza, salieron del lugar y comenzaron a caminar por lo corredores. Seguían hablando y riendo cuando Hoshi choco con alguien, era Aizawa. Su corazón se acelero

-Hola amargado. -saludo Hana al azabache.-

-¿Porque le hablas así? ¿Acaso se conocen? -la castaña no se imaginaba que alguien pudiera hablarle así a Aizawa.-

-Si, nos conocemos. Y veo que tu conoces a Hana.-comento Shota.-

-Vine a hacer horas para mi servicio social y la ayude. -la chiquilla lucia tranquila pero por dentro sentía un gran huracán.- ¿Y como se conocen?

-Pues cuando entre a trabajar hace como 2 años, fui a limpiar la sala de maestros y ahí encontré a este hombre dormido. Lo desperté y aunque me odio en ese momento, desde ese día cada que lo veo hablo con el. -contó Hana.-

-No es de mis personas favoritas, pero es bueno hablar con alguien de vez en cuando. -Aizawa miraba a la mas joven, esta llevaba ropa muy hogareña, pero sus pronunciadas caderas provocaban que sus pantalones apretaran en esa parte en especifico, lo cual robaba la atención del mayor.-

-¿Y que haces aquí? -Pregunto la castaña, la cual siquiera se percato de la mirada de Aizawa.

-Superviso que todo se haga bien y arreglo unos papeles, aunque en 30 minutos ya me iré. -pronuncio mirando el reloj.- 

-A nosotras solo nos falta ir a limpiar un aula y nos iremos. -Hana tomo del brazo a Hoshi.- Así que, con permiso. 

Las chicas se retiraron dejando a Aizawa solo en los pasillos, este siguió caminando y comenzó a perderse en sus pensamientos. Pensaba en como había mirado a Hoshi. La atención que sin querer robaba era demasiada, ya que su físico era digno de admirar. Aizawa estaba seguro de que no sentía ningún tipo de atracción por esta misma, pero si estaba seguro de que al igual que el primer en que la vio y hasta que termine su servicio social, aquella chiquilla seguiría robando algo de su atención. ¿Como no ver a alguien tan linda? Cualquiera persona incluso con 2 dedos de frente le llamaría la atención la joven. Aizawa suspiro. La chica era linda pero la seguía viendo muy inmadura. 

 Mientras tanto, las chicas limpiaban y charlaban, al ser ambas muy abiertas, habían estrechado un buen lazo. Al terminar sus deberes, salieron de la institución. 

-¿Te veré la próxima semana? -Pregunta Hana.-

-Sera lo mejor si quiero terminar mi servicio social. -Hoshi rio.- Ademas, te quiero volver a ver.

-Te esperare. -se despidió Hana y camino hacia su hogar.-

Hoshi hizo lo mismo. Caminaba algo agotada hasta su hogar, todo transcurría con tranquilidad hasta que sus sentidos se desconectaron al ver a Aizawa del otro lado de la acera. Se quedo quieta, el azabache compraba unas revistas en un pequeño negocio, Hoshi lo miraba esperando a que se fuera. Finalmente el mayor termino su compra y siguió su camino, hasta entonces la castaña volvió a caminar, aunque fue algo drástica su reacción, ella ni siquiera se percato de la misma. No aceptaba sus sentimientos, debido a que apenas conocía al azabache, no podía asegurar un sentimiento donde podría no haberlo. Temía a ilusionarse y al momento de conocerlo, desilusionarse. Así que decidió tener bajas expectativas ante el mayor.