Sr. Larence

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Jamás pensé que estaría dando mi testimonio de un hecho ocurrido en Halloween una fecha que jamás festeje en mi vida, no soy una persona que sea debota; sólo que no me gusta celebrar esas cosas.
Pero aquí estoy.
Me llamo Lester Gutiérrez, tengo 29 años y tengo... Bueno tenía un hijo llamado David, nosotros junto con mi esposa vivíamos en una colonia tranquila; podría decir incluso que en varias ocasiones dormímos con las puertas abiertas y nada pasaba.
Teníamos viviendo en el lugar más o menos 1 año y llegó el Halloween del 2012. Yo no sabía que se turnaban para que los padres salieran a cuidar un grupo de niños para pedir dulces. Yo por ser nuevo me tocó ser el guardián de los pequeños y serviría que conocería más el barrio, me dijeron.
La noche era normal y tranquila, de no ser por los adornos y los disfraces diría que era una noche como cualquier otra. Todo iba bien. Hasta que llegamos a la casa del señor Lester; un viejo de sangre pesada con actitud de ermitaño, su casa no estaba adornada con tumbas falsas o arañas en las paredes como las demás pero, puedo asegurar que su hogar daba mucho más miedo que cualquier otro en el barrio, era un ambiente desesperanzador.
Tocamos a la puerta y salió el viejo vestido de blanco, como imitando un fantasma hechandose una sábana encima, me pareció algo deveras extraño en el pero repartió dulces y hasta conitos de dulce de leche, me pareció un gran gesto y como vecinos que somos le estrechó la mano antes de irnos; me pareció extraño que tuviera guantes de soldador; de esos pesados y robustos.
No puse mucha atención y me retiré junto con los niños.
Llegó la media noche y ya estaba en mi casa con mi hijo el cual comió los dulces bastante emocionado; no lo dejé comer muchos ya que la mañana del día siguiente tenía clases...

A las 3:00 de la mañana mi hijo comenzó a convulsionar lo cual alarmó a mi esposa y a mi, fuimos a la clínica de salud e internaron a mi hijo.
El doctor me dijo que mi hijo estaba en estado crítico ya que presentaba un cuadro bastante severo de envenenamiento con arsénico.
Me pareció bastante extraño cuando llegó una señora vecina con su hijo; su boca estaba llena de sangre. Rato después entró otra vecina su hijo presentaba los mismos síntomas que el mío.
Jordan, un padre de familia tras juntar a todos los tutores de los niños llegó a la conclusión que era el señor Larence, ya que los conos estaban llenos de vidrios rotos, agujas, navajas y algunas otras sustancias extrañas.
Enfurecido salí de la clínica y me dirigí a la casa del desgraciado. Cegado por la rabia tumbe le puerta de aquella asquerosa casa y decidido a matarlo a golpes entre a su habitación.
Grande fue mi sorpresa que ese deseo de matarlo jamás se cumplió. Alguien ya se había adelantado, el cuerpo del señor Larence se encontraba en estado de putrefacción.
La policía y el cuerpo de peritaje arribaron al lugar y después de 3 semanas de investigación, se dio a conocer que el señor Larence tenía al menos 4 días de haber muerto; se cerró el caso por falta de pruebas ya que el bastardo vivía sólo y nadie sabía que pasó y vecinos aledaños no sabían nada.
Mi hijo murió 3 días después de lo ocurrido.
Jamás sabré quien fue la persona con la sabana blanca y los guantes que mató a mi hijo.

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