No parecía el tipo de cosas que un hombre como él haría.
Hasta ese día su vida parecía de lo más normal. Ese día en que todo ocurrió.
Habrá sido su innegable carisma, su tierna e inocente sonrisa que lo cautivo apenas cruzó por la puerta. No lo sa...
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Bajo las escaleras de la casa, aun con algo de sueño, mientras tallo uno de mis ojos con pereza y un suave bostezo sale de mis labios. La casa está en total silencio, casi pareciera que está totalmente vacía, o al menos eso pensé.
Una suave risa se escucha ni bien llegó a la planta baja, más directamente viniendo de la cocina. Me encamino hacia esta, viendo a las dos únicas personas despiertas aparte de mi, riendo sentadas en la barra de la cocina.
- Buen dia - digo asustando a ambas, quienes brincan en su asiento.
- Hola papi - saluda Judith, igual de alegre que todas las mañanas.
- Buen dia, Rick - saluda Charlotte esta vez, sonriendo - ¿Te hemos despertado? - cuestiona apenada.
- Para nada - le digo rodeando la barra, yendo hacia la cafetera.
- Papi ¿podemos poner la piscina? - cuestiona Judith - Le he contado a Charlie que he aprendido a nadar hace poco.
- Seguro, cariño - le respondo una vez que he encendido la cafetera, para luego girar a verlas.
- Gracias - dice Judith, sonriendo alegre antes de dar un pequeño salto de la silla - Te mostrare el barco que mi tío Shane me ha regalado.
No le da tiempo a Charlotte de responder algo cuando se echa a correr yendo hacia las escaleras, la sigo con la mirada hasta que la veo desaparecer, por lo que miro a la rubia, quien también la mira sonriente.
- Le agradas mucho - le digo a Charlotte, mirándola sobre mi hombro antes de caminar hacia un gabinete para sacar las tazas de cafe.
- Me agrada tambien - dice ella - Me preocupada no agradarle, sabiendo que Carl la ama demasiado.
- Lo echaba mucho de menos - le cuento, apagado la cafetera y tomando la jarra para comenzar a servir - ¿Se quedaran los dos todo el verano?
Le cuestiono, tomando una de las tazas para dejarla frente a ella.
- Gracias - dice ella, tomando la taza en sus manos antes de volver a mirarme - Y si, pensamos en eso si es que no es molestia.
- Claro que no lo es - le digo con sinceridad, recibiendo a cabo una sonrisa de su parte.
Le sonrió de igual forma,antes de que ella guíe su mirada a la taza de café, beba un sorbo de esta lentamente. Por alguna razón, mantengo mi mirada en ella, en total silencio. Admiro la forma en que sol entra por la ventana y hace que su cabello rubio se vea más brilloso, agregando el hecho de que está totalmente despeinado pero sin embargo no deja de verse bien. Charlotte bebe el café, al despegar sus labios rosados de la taza, pasa su lengua por estos mismos retirando unas cuantas gotas que se han quedado en ellos.
¿Por qué no puedo dejar de verla?
Ella centra otra vez su mirada en mi por lo que apartó la mía inmediatamente, sintiendo un leve rubor en mis mejillas. ¿Que ha sido eso, Rick?
