Crónica 14: Recuerdos de la guerra

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- Esta clase de batalla...Es demencial.


Esas fueron las palabras del Hechicero Supremo; Wong y Johnny opinaban lo mismo para sus adentros.


Estaban viendo un intercambio de sangre inhumano. En el campo de batalla, Ángeles Caídos, Demonios y Ángeles luchaban entre ellos; no existía momento en el que no cayera un cuerpo sin vida de algún ser sobrenatural.


Luz, fuego, plumas negras, destrucción...Era todo lo que se veía, una guerra por la supervivencia en todo su esplendor.


- Oí hace tiempo algo relacionado con la Guerra Santa, pero jamás imaginé que fuera así.-habló Wong, con clara impresión y horror.


Blaze no dijo una palabra, estaba concentrado en la escena que estaba sucediendo frente a sus ojos. En su interior, sabía que su deber era masacrar y castigar a quien se atreviera a herir a los inocentes. El ferviente deber de un Espíritu de la Venganza; pero ese sentimiento era casi inexistente en este sangriento campo de batalla. En otras palabras, no hubo inocentes en esta guerra. Todos eran culpables de lo que los atormentaba.



- ¡Hermana!- gritó uno de los ángeles cerca de ellos, sosteniendo en sus brazos a su compañera, moribunda- ¡Resiste, por favor!



-Es inútil... -respondió la mujer, débilmente- No gastes tus energías en mí... Por favor, solo... No dejes que tomen el Cielo...- añadió con su último aliento, muriendo en sus brazos.



- ¡HERMANA! -exclama el hombre, derramando lágrimas. Furioso, giró en una dirección específica -¡¿Por qué?! ¡¿Por qué la mataste?!



A pocos metros de los ángeles, el trío de espectadores observó  la figura que se acercaba a los seres celestiales. Su piel era roja, y una capa roja colgaba alrededor de su cuello, la cual caía a sus pies. Su cabello negro le daba profundidad a sus brillantes ojos rojos, acompañados de una sonrisa llena de picardía y maldad.



Johnny soltó un jadeo de sorpresa.


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El diablo mantuvo su sonrisa.



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