Ni siquiera pudo terminar la jornada aquella noche. Se vio caminando por las calles frías, húmedas de alguna lluvia que aparentemente había sucedido en algún momento, o lo hacía ahora, tal vez eran sus propias lagrimas, ni siquiera podía diferenciarlo.
No era consciente de sus propias acciones, podía sentir su consciencia emerger a la superficie de vez en cuando.
En un momento estaba caminando y al otro estaba en el auto, cruzando la ciudad en alguna dirección. Escuchaba sollozos lejanos, pensó que debía ser el vago recuerdo de aquél momento en el que había llorado sobre el pecho bañado en sangre de su hermano, hasta que se percató de que estaba llorando en ese mismo momento, la opacidad de sus ojos se lo hizo saber.
No tenía a donde ir, sólo se estaba guiando por instinto, sentía la necesidad de ir a un lugar seguro.
Estaba solo.
No contaba con nadie.
Tenía un vacío en el pecho que dolía.
Se caía a pedazos.
Su cuerpo se encontraba deshabitado, no contenía alma como el resto, no la sentía.
Giraba el volante frente a sus ojos, pero seguía sin saber cuál era su destino.
¿Tendría que morir como su familia?
¿Debería dejar que lo encontraran?
Podía recordar un par de semáforos en el camino, pero no estaba seguro si había pasado el alto o si inconscientemente había sido prudente.
Se desmoronaba con cada paso que daba.
El sonido de sus pies contra el pavimento eran lo único que lo mantenía en la superficie.
.
.
.
Su travesía había terminado, se trasladaba arrastrando los pies en el césped mojado, deslizándose contra un muro hasta que se encontró frente a una conocida ventana. No podía ver nada en el interior, era muy tarde como para que alguien estuviera despierto en ese momento. Con movimientos, que sintió involuntarios, como si alguien le estuviera manipulando por medio de una consola de juego, el castaño tocó el cristal con golpes sutiles, que incrementaron al notar que no había sido escuchado.Estaba tiritando ahí afuera, como si el clima estuviera bajo cero y él no llevara abrigo. Pudo apreciar una tenue luz encenderse en el interior, él golpeó el cristal un par de veces más y esperó hasta que la ventana se abrió en la penumbra. Jungkook entró a la habitación de manera un tanto torpe, permaneciendo de pie en su sitio con la ventana abierta a sus espaldas como si se hubiera congelado.
Escuchó a Jimin hablar, pero no entendía ni una palabra, aquello le recordó a la sensación de estar bajo el agua y con los sonidos a su alrededor opacos, inentendibles. Sólo fue capaz de mirar el suelo sobre el cual estaba parado, estaba mojado y era su culpa.
—Perdón...— Murmuró de manera casi inaudible.
Jimin tomó su rostro con esas pequeñas y suaves manos gentiles, lo elevó hasta lograr que le mirara, pero sus ojos estaban inundados y todo lo que veía era bruma.
—Kook— Le escuchó con claridad por fin, trayéndole de vuelta a la realidad con un tono de voz que rayaba el terror. El nombrado parpadeó provocando que las lágrimas, que le obstruían la vista, cayeran. El rostro del pelinegro parecía encontrarse en pánico. Sabía que estaba roto, pero no podía imaginarse la imagen que Jimin estaría viendo como para tener aquella expresión en el rostro.
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GAME OVER [Kookmin]
FanfictionSegunda temporada de "I'll play your game". Tras el regreso su hermano mayor (Jin), Jimin ha descubierto que toda su vida fue una mentira. Sus padres, al creerlo en peligro, lo han puesto bajo estricta vigilancia, lo cual dificulta todas las cosas...