2. Sweet dreams

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Eligió un atuendo oscuro para salir de casa aquella noche, para dirigirse a su empleo de medio tiempo en un bar en los barrios bajos de la ciudad, cerca de donde solía vivir con sus padres. El silencio habitual de su hogar de acogida en ese momento era perturbado por la melodía ahogada que salía de la habitación de su primo, quién parecía dormir lo mismo que él en las madrugadas.
Mientras salía de su propia habitación, tan sigiloso como le fue posible, se colocaba una chaqueta de cuero, su favorita. Cerró la puerta tras de sí, tirando de la perilla para que no hiciese ruido al cerrar, la soltó suavemente y cuanto estaba a punto de girarse para continuar su camino, la puerta de la habitación de su primo se abrió, por la cual apareció una melena despeinada seguida de un rostro con una exagerada expresión de haber sido atrapado.

—Ya sé que sales todas las noches— Señaló— ¿A dónde vas?

—Eso no te importa Won— Espetó dándose vuelta.

—Espera, tengo algo que decirte— Mencionó, atrayendo su atención un poco más. El mayor salió de detrás de la puerta para acercarse a Jungkook con un trozo de papel en manos, mismo que le entregó— Es el número telefónico de Jimin, dice que su teléfono está intervenido y no puede hablar libremente, me pidió que te dijera que necesita hablar contigo y que cuando puedas le llames.

Jungkook desdobló ese pequeño papel de libreta con la caligrafía del pelinegro en el centro del mismo, elevó la mirada hacia su primo, quién parecía esperar algo, no entendía qué en específico, pero se aseguró que el gesto en su rostro no expresara ningún sentimiento. Aún sosteniendo su mirada, sacó el móvil del bolsillo de su pantalón recibiendo una amplia y perfecta sonrisa en respuesta. Registró el número como "Park" para luego mostrarlo a su primo con una fingida sonrisa.

—Adiós— Murmuró, terminando con aquella conversación, pero su primo no tenía esa intención.

—Jungkook...— Le llamó, ante lo cual el nombrado soltó un largo suspiro.

—¿Qué?

—No irás a hacer lo mismo con él que conmigo ¿Verdad?— Parecía preocupado más que dolido, las cosas entre ellos ya estarían más que superadas, por lo menos de parte del menor, quién frunció el ceño en respuesta.

—¿A qué te refieres?— Cuestionó en un tono bajo, llevando la mirada a la habitación de sus tíos para asegurarse de que ellos escucharan algo que no debían.

—A alejarlo cuando las cosas se ponen serias.

¿Cómo mierda lo sabía siquiera? Jimin no era del tipo que contaba a sus amigos los detalles íntimos entre ambos, básicamente porque no le convenía que ellos se molestaran por las tonterías que era capaz de hacer.

—¿Por qué lo dices?— Indagó mientras le fulminaba con la mirada.

—El mes pasado los escuché en el baño— Confesó, sin siquiera avergonzarse de ser la rata rastrera que era.

Un largo mes había pasado desde que tuvieron aquella conversación en el baño. El tiempo corría tan rápido.

—Seguro debías estar muy aburrido como para andar escuchando conversaciones ajenas— Escupió con rabia. No había nada en el mundo que odiara más que la gente que se mentía en sus asuntos.

—Jimin no volvía, estaba preocupado de que se hubiera metido en problemas— Se defendió-Además, si quieren un sitio discreto, el baño es la opción más estúpida.

—Tengo que irme, me estás retrasando— Concluyó guardando el pequeño papel que se le había entregado en su bolsillo junto a su móvil, y esta vez no se detuvo cuando su primo le llamó una vez más. Salió por aquella puerta con llaves en mano y cruzó la ciudad en el auto de su primo.





GAME OVER [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora