1. el día que te conocí

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JB & Youngjae ; 1:31 AM


Yokohama, Japón. 22 de enero de 2019

Querida Hinata.

Me gustaría decir que la primera vez que te vi fue amor a primera vista. Desearía poder describirte lo hermosa y perfecta que me pareciste aquella vez cuando nuestros ojos crearon un camino visual de ida y vuelta. Me gustaría relatarte detalladamente, como si fuera un joven adolescente que recién descubre la maravilla del amor, el cómo quedé atontado por tu belleza natural y radiante.

No fue así.

No tuve una impresión clara que pueda describirte en este momento, o en cualquier otro. Mentiría si dijera lo contrario. Y no quiero eso, quiero ser sincero, quiero decirte lo que nunca pude en voz alta, lo que por ser un cobarde que le creyó a un tercero antes que a ti callé hasta el día que te fuiste.

Recuerdo que ese día fue mi primer aniversario al lado de la que en ese entonces era mi novia y creía amar. Sakura. ¿Sabes? Ella lo intuyó desde el principio, ella siempre tuvo la razón, ella temía que tuviera un acercamiento a ti porque sabía que tú eras de las que enamoran. Ahora sé que es verdad.

Ese día cuando llegué a casa, mi recibimiento fueron los gritos de mi madre. No comprendía lo que sus palabras sofocadas en sollozos me reclamaban con un malestar en su temblorosa voz. "Cómo pudiste" logré entender cuando tomé sus manos que me azotaban antes el pecho y el rostro. Le pedí calma, miré adentro, a la estancia, aun sin entender. Mi padre estaba de pie junto a las personas que estaban en el sillón de la sala. Reconocí de inmediato a tu temido padre, Hiashi Hyuga, el afamado empresario y Primer Ministro para el que papá trabajaba, el hombre sombrío que provoca miedo decía la gente. También estaba tu madre, Hana, una mujer elegante tanto en apariencia como en actitud... eres idéntica a ella. Tuve la oportunidad de conocerla antes, y desde entonces me quedó claro que su rol destacaba en ser "la esposa de Hiashi Hyuga", supuse que es de las que bajan la cabeza frente a su marido, y no me equivoqué.

Y en el medio de la pareja, estabas tú: No tenía el placer de conocerte en persona, pero supe que no eras mala cuando vi tus ojos grises que me evadieron después de la corta unión que tuvimos. Claro que sabía que el Presidente de JVCKenwood tenía una única hija, una heredera recatada y de renombre impecable. Me pareciste tan insignificante pero al mismo tiempo excepcionalmente delicada, como el pétalo seco que usabas para separar las páginas del libro cursi que leías para nuestro bebé por las noches antes de dormir.

Nuestro bebé.

Me pareció una broma de mal gusto al principio, te debo admitir, porque juré que en ningún momento de mi vida te había visto antes. Era estúpido el motivo por el que la familia Hyuga visitaba mi hogar ese día.

—Tu irresponsable hijo embarazó a mi hija, Minato. Tiene que responder por ello.

No podía ser cierto. Yo no te conocía. Tenía novia además, no soy de los que son infieles le repetía a mis padres negando lo que el señor Hyuga juraba era la verdad. Era absurdo, completamente ridículo.

Tú no lo negabas, recordando bien no decías nada. No replicabas. No afirmabas. Te dedicaste todo el rato a bajar la cabeza igual que tu dócil madre. Ahí fue cuando supe que no se parecían solo en apariencia.

—¡Yo no embaracé a su hija! Ni siquiera la conozco.

Me sentía en una pesadilla. Me da asco decirte que te detesté por un momento, porque por mi mente pasaba la imagen de una niña "bien" teniendo relaciones sexuales con quien sabe quién, quedando preñada y tomando al primer imbécil que se le ocurrió para que sus padres no pensaran mal de su hija pura y perfecta.

1:31 AMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora