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ㅡ¡Atrapen a ese maldito gato! ㅡaquel grito alerto al pequeño minino más de lo que ya estaba por lo que sin pensarlo dos veces se lanzó a aquel árbol que se encontraba cerca de la ventana antes de que lo alcanzaran.

Bajo a saltos de la copa del árbol, tropezando y lastimándose en el proceso pero eso era lo que menos le importaba en ese momento, huir era lo principal. Todo su cuerpo temblaba por descanso pero aun no podía, no hasta llegar a un lugar seguro el cual se veía lejano.

Siguió corriendo hasta que sus peludas y lastimadas patitas no pudieron más, se escondió entre la basura que estaba en aquel callejón, del cual no tenía idea de cómo había llegado. Se acurruco en una bolsa que parecía cómoda y se dispuso a descansar un poco y recuperar algo de fuerza mientras se planteaba donde sería un lugar seguro, su casa no lo era pues ellos el primer lugar en el que lo buscarían seria ese, en casa de algún amigo... no, pésima idea porque, en primer lugar lo podría poner en peligro y en segundo lugar, no tenía amigos.

Justo cuando sus ojos se cerraban, anhelando el descanso, dos hombres con impecables trajes blancos aparecieron en su campo, distorsionado, de visión alertándolo en seguida. Se obligó a levantarse y esconderse, intentando no hacer sonido alguno... no funciono, pues tropezó con una lata que estaba por ahí, alertando a los uniformados quienes inmediatamente se pusieron en acción.

ㅡ¡Allí esta! ㅡgritó el alto de lentes quien parecía ser el líder ㅡ¡Atrápenlo de inmediato!

En ese instante el minino vio que no eran solo dos sino cuatro, por lo que se sintió orgulloso e infinitamente intimidado.


¿En serio habían mandado a cuatro hombres sólo para atrapar a un gato?


Con la poca energía que le quedaba esquivo a los hombres que se alzaban imponentes ante él y corrió nuevamente en busca de un lugar seguro, un lugar que parecía cada vez más distante pues su vista se nublaba cada paso que daba, las luces de la ciudad le aturdían y su cansado cuerpo pedía a gritos un respiro.

Y cuando todo le parecía perdido, una puerta apareció frente a él, abierta de par en par como si le diera la bienvenida, dudo en entrar un segundo hasta que recordó su situación, así que sin más entro, sin saber dónde estaba y porque a nadie le pareció importarle que un gato entrara a aquel lujoso edificio.


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Con sigilo subió por las escaleras puesto que el elevador no era una opción fiable puesto que no querían que se dieran cuenta de su presencia. Recorrió, sin éxito, cada piso en busca de alguna puerta abierta hasta que su cuerpo no dio más, se escondió detrás de una maceta que se encontraba al lado de una de las tantas habitaciones para poder, por fin, descansar; sin embargo el ruido de la puerta abriéndose hizo que se despertara para ver como un híbrido de león salía junto a un humano muy sonriente.

"Es mi oportunidad" pensó y sin importarle todo el dolor que en ese momento le recorría, entró rápidamente y se escondió debajo de aquel gran instrumento que reconoció como un piano, un elegante y a la vez deteriorado piano, esperando que aquellas personas fueran buenas y no lo echaran a patadas a la calle.


Lo que no espero fue que otro humano lo emboscara por detrás.


ㅡPero miren que tenemos aquí... ㅡhabló una voz grave mientras lo alzaba de su escondite, que al parecer no fue muy bueno ㅡuna bola de pelos bastante sucia.

El pequeño gato no emitió sonido alguno por miedo y por la desesperación de no saber qué hacer cometió otro error más, el cual al parecer podría estar a su favor o en su contra.

ㅡY que al parecer es muda, dime... ㅡel pálido lo acerco hasta que sus rostros quedaron bastante cerca el uno del otro, permitiendo así que el asustado gato detallara las facciones de quien podría ser su salvador o su verdugo ㅡ¿Te comieron la lengua los ratones? ㅡrió ante su mal chiste pero el gato siguió sin decir nada ㅡVaya, al parecer si, pero bueno vamos a ver cómo te llamas, pequeña cosa pulgosa.

El pálido empezó a buscar algún collarín donde tuviera información del gato pero en eso escucho una delicada voz.

ㅡJ-Jimin...

ㅡOk Jimin, ahora veremos de dond... ㅡel joven detuvo todos sus movimientos en cuando se dio cuenta de algo.


El gato había hablado.


ㅡ¡Que mierda! ㅡgritó totalmente asustado soltando al gato quien, al no tener fuerzas, cayó de sentón.

ㅡ¡Auch! ㅡgimió de dolor para luego corregirse torpemente ㅡq-quiero decir... ¿miau?

ㅡDe acuerdo, esto debe ser una maldita broma, ㅡmascullo entre dientes ㅡlos gatos no hablan.

ㅡ¿Y por qué no?

ㅡ¡Porque son gatos! ㅡgritó exaltado para después tratar de tranquilizarse y observo al gato que seguía sentado donde había caído ㅡy tú ¿Por qué sigues sentado ahí?

ㅡPorque es cómodo ㅡmintió, la verdad era que ya no le quedaban fuerzas y en cualquier momento se desplomaría.

ㅡ¡Me vale!, estas ensuciando el tapete y me harán lavarlo por tu pulgosa presencia. ㅡhabló más tranquilo ㅡAdemás ¿quién te dio permiso entrar?

ㅡNa... nadie... ㅡJimin bajo la cabeza, apenado ㅡy-yo entre sin permiso, además... ¡no tengo pulgas!

Gritó ofendido y aquella imagen le desconcertó más al pálido quien todavía parecía estar carburando el que un gato hablara pues no podría ser lo que se imaginaba... ¿o sí?

ㅡOye Jimin, ¿Por qué puedes hablar? ㅡpreguntó observando el techo pero al no recibir respuesta volvió su mirada al pequeño animal, quien ahora estaba tirado en el suelo... inmóvil.





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¡He aquí el primer capitulo! 🎉🎉 Espero les guste. 😊

M E A G     ❝ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora