Capítulo #6

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Estaba desayunando, antes de mi vuelo de vuelta a Panamá. Ansioso por ver a Azucena. Saber su respuesta.

Esperaba que fuera un sí, porque de lo contrario habría que seducirla y después de la llamada poco amigable de Amanda por ir a su casa, tendría que moverme con cuidado.

Había llegado a su casa movido por un impulso y cuando vi a Azucena, en modo hogareña, tan natural y perfecta, todas las excusas que había planeado se fueron a la mierda y olvidé todo. Le dije la primera tontería que se me vino a la cabeza,
después de ver en su apartamento y observar su computadora en el sobre del comedor.

Me salvé que Azucena no sabe nada de la vida profesional de mi hermana, porque de lo contrario se me caería la excusa.

Mi hermana es una niña prodigio. Tiene alrededor de cinco licenciaturas o así. También tiene posgrados, maestrías y doctorados. Nuestro padre está muy orgulloso de ella. La adora.

Lo puedes ver cada vez que la mira. La adora tanto que la alejó del mundo tan violento en el que él vive y dejó que se criara con nuestra madre aparte. Cabe destacar, que ambos somos hijos bastardos de nuestro padre.

Bien.

Padre es un Capo. Estaba casado luego de un arreglo que se hizo con otra organización para obtener paz y beneficios, pero se enamoró de nuestra madre. Una doctora, super inteligente y hermosa. Tuvieron un romance, después de que ella lo atendiera, sin que mamá supiera que él era casado y un mafioso. Cuando ella se enteró de ambas cosas lo dejó o eso intentó hacer, pero padre la buscaba, día y noche.

Pretendiente que mamá tuviera, pretendiente que aparecía muerto.

Hasta que quedó embarazada, primero nací yo y tres años después, Amanda. Una de las tretas de papá, para mantenerla a su lado, fue embarazarla.

Nosotros, por suerte no tenemos que vivir en ese mundo, ya que, al ser bastardos, todos nos señalan y no merecemos respeto. Algo que agradeceré mucho, ya que prefiero hacer todo dentro del marco de la Ley.

Aunque la esposa de mi padre no me señale tanto. La única vez que la vi, fue hace como dos años y la mujer no dejaba de mirarme como un pedazo de carne... negué con la cabeza.

Cabe destacar que, aunque fuéramos hijos ilegítimos y que mamá fuera su amante, mi padre siempre estuvo presente. No faltó a ninguna actividad del día del padre en la escuela, a ningún cumpleaños o graduación. Navidad era otra historia, pero da igual.

Nos adoraba y creo que esa vena cabrona Amanda la heredó de él. Ella era inflexible y dura. No era fácil ganarse su confianza.

Para nada.

Pero cuando ella confiaba y quería a alguien, era una mamá oso como lo estaba haciendo con Azucena.

La alerta de una llamada entrante me sacó de mis pensamientos.

Era papá.

—Hola.

—Hola hijo, ¿Cómo estás? — preguntó.

—Bien ¿y tú?

—Ahí... pero estaría mejor si tu madre respondiera el maldito teléfono... — si algo volvía loco a papá, era no poder controlar a mamá. Me reí, pero disfracé la risa con una tos. —. La próxima vez que te vea vas a pagar por reírte de mí... ¿No ves que estoy preocupado por ella? Esa mujer me va a matar algún día...

—La atosigas. Déjala respirar... dale su espacio.

—La última vez que le di espacio,se fue a África... — me encogí de hombros. Ese cabreo de él por la partida de mamá fue monumental y lo pagamos todos.

—¿Hace cuánto la llamaste?— pregunté.

—Hace dos horas...

—Papá, debe estar en consulta... Te llamará cuando termine— suspiró.

—Lo sé, pero discutimos y no me gusta terminar una llamada sin decirle que la amo, me deja mal ¿Entiendes? — lo entendía. En su mundo la vida era incierta. Hoy estabas, mañana no.

—Sí, te entiendo...

—Bueno... Te llamaba porque me enteré de ciertas cosas de la mujer que te gusta... estamos en territorio delicado Hans. Es la esposa de tu primo Elías Lozano, si se enteran de que estás con ella, esto se va a volver un enredo, a menos que me digas que no es un culo más te puedo ayudar. Suficiente con la intervención de Amanda.

— No es un culo más, la quiero para mí.

—Eso me temía. Bueno la situación está así: Elías ahora mismo está que se trepa por las paredes por lo que hizo Amanda y quiere poner sus manos sobre mi pequeña, cosa que no va a suceder. Otra cosa, la historia de ellos está muy liada. La madre de Azucena la utilizó como moneda de cambio y la entregó a Elías para compensar que le había robado, la chica estuvo sufriendo un infierno con él por su obsesión. El problema es que ella es su esposa e intervenir, en nuestro mundo, es algo que no se debe hacer. — comprendía todo lo que mi padre me estaba diciendo, pero me ponía frenético ver lo que sucedía y no poder hacer nada.

Papá me contó un poco sobre lo que ella había vivido con ese hijo de puta y no pude evitar maldecir. Ese cabrón la había destrozado y ella estaba tratando de salir adelante con un hijo que ese imbécil la había obligado a gestar.

El bebé no tenía la culpa y me alegraba que ella lo estuviera viendo de esa manera por que era un ente inocente. Igual como decía Amanda, de ella querer entregarlo en adopción está en todo su derecho porque fue algo que se le impuso.

Cerré los ojos y pedí paciencia. Pedí cordura y serenidad porque me iba a volver loco. Si ya tenía ganas de estar en la vida de Azucena antes de saber su historia, ahora quería ser un apoyo y refugio para ella. Quería cuidarla y mostrarle que no todos éramos unos cantones. Quería que sonriera.

Quería verla feliz.

Oré por una respuesta positiva por parte de ella. Porque si ella me decía que sí, me iba a encargar de que no se arrepintiera nunca.

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Estaba guardando mi ropa en el armario cuando mi teléfono vibró con un mensaje de ella. Sólo fueron dos palabras. Dos palabras que me volvieron el hombre más feliz del mundo.

«De acuerdo»

Buenas... Gracias por leerme. Nos leemos pronto.



Serie Real #2: AzucenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora