Ocho y un minuto.
Comencé a caminar hasta la entrada principal del instituto.
Ashton debería estar llegando ya.
Esta era la quinta vez que me hacía pasar por la chica despistada, para fingir chocar contra Ashton y así hacer botar mis libros.
Amo hacer eso.
Desde lejos pude notar la silueta de Ashton.
Bien, hora de actuar.
Comencé a caminar mirando hacia el piso, mirando de reojo los pies de Ashton.
De repente, en un movimiento rápido mi cuerpo chocó contra el suyo y boté mis libros como si se hubieran caído por el choque.
Abri mi boca fingiendo estar sorprendida, mientras comencé a elevar mi vista hasta sus ojos.
Sus hermosos ojos.
El me miró con los ojos abiertos, haciendo una expresión divertida con su rostro—El no toma casi nada enserio, lo que me gusta aún más.—Como si estuviera impactado.
Abrió su boca — Que he querido probar desde el día en que lo ví— y habló.
"Oh mi Dios" Se agacha para recoger mis libros.
Se veía tan lindo hoy. Llevaba una gorra color burdeo, una camiseta roja con unos jeans negros.
Da igual con la ropa que esté,a mi siempre me ha parecido bello.
" Yo, uh" Balbuceo. Ashton se levanta y me pasa mis libros con una sonrisa de disculpa.
Amo su sonrisa.
"Lo siento" Sonríe falsamente, entregándome mis libros.
Cómo deseo que Irwin fuera mío.
"Uh, no importa. Soy muy despistada, sólo eso."
" Bien...nos vemos luego, Alicia"
Oh por Dios.
No puedo creerlo.
¡El casi recuerda mi nombre!
" Olivia, mi nombre es Olivia." Las chicas que pasában por allí miraban con atención y poca disimulación de celos.
Así es, perras.
" Claro, lo lamento, no soy bueno recordando nombres " Sonríe y se marcha.
¡Oh mi Dios!
Sonreí y caminé hacia las gradas, para sentarme en ellas.
Por alguna razón cuando mi piel hace contacto con esta, comienza a pensar y recordar demasiado. Mucho.
Como el día en el que mis padres murieron. ¿Por qué?
Bueno, mi abuela, cuando cumplí los quince años, me contó la razón.
Mamá y papá eran hechizeros. O algo así.
Como sea, eran los mejores hechizeros, y habían brujos que querían ser mejores que ellos.
Lo que no podían hacer sin trampa, los muy idiotas. ¿Que hicieron esos "idiotas"?
Quisieron envenenar a mamá.
Intentaron matarlos.
Quisieron quitarles sus hablidades como hechizeros, pero fracasaron.
¿Ven? mis padres eran los mejores. Nadie podía vencerlos.
Una vez, (cuando yo ya tenía doce años) mis padres quisieron planear una justicia.