True Love - Fanfic McDanno

¿Quieres ser mi esposo?

Steve

Los segundos se hacen minutos y los minutos en horas. La espera me está matando y para rematar, no puedo hacer absolutamente nada.

Camino por el pasillo del hospital de un lado a otro, esperando a que el doctor que está atendiendo a Danny salga con buenas noticias. No puedo imaginarme una vida sin Danny,  no ahora.

Tuve que llamar a Rachel para que viniera por Charlie y Grace hace unos minutos. Estos no querían irse, querían estar con Danno, pero les dije que les avisaría en cuanto supiera algo. A regañadientes se fueron y ahora yo estoy aquí dando vueltas como león enjaulado.

—¡Steve! —Escucho a Chin y lo busco con la mirada rápidamente, viene junto a Kono y Lou.

—¿Cómo está Danny? —Pregunta Lou.

—Aún no me han dicho nada.

—Cálmate, estará bien —dice Chin.

Entonces, el doctor aparece en la sala de espera.

—Doctor, ¿cómo se encuentra el detective Williams? —Pregunta Kono.

—Pues, perdió mucha sangre, pero no perforó ningún órgano vital así que se recuperará pronto.

Los cuatro soltamos el aire que conteníamos al escuchar buenas noticias.

—¿Podemos verlo? —Pregunto desesperado.

—Por el momento no, necesita descansar. Una enfermera les dirá cuándo pueden entrar.

—¿Y la teniente Rollins? —No es que me interese su estado, solo quiero saber si ya no será un problema para nosotros otra vez.

—Desafortunadamente para ella la bala se fragmentó provocando una perforación en su estómago, además del sangrado interno. No lo logró —habla el doctor y de alguna manera, me entristece lo que dice. Pero tocó a Danny y estaba dispuesta a hacerle daño a los niños, estoy más que complacido de que ya no esté.

Todos asentimos y el doctor se va a atender otros pacientes. Rápidamente, llamo a Grace para avisarle que Danny está bien.

—Bueno, iremos a terminar el papeleo del caso que acabamos de resolver —habla Kono de nuevo—. Cuando despierte, nos avisas. —Asiento y se van. 

Esperar será difícil.

~...~

No sé cuánto ha pasado, pero ya estoy harto. No soy muy adepto a esperar y menos ahora que Danny, una de las personas que más me importa está dentro de una habitación de hospital. Me aseguro de que no haya nadie que pueda verme y me escurro a la habitación.

Y ahí está, dormido sobre la camilla. Se ve tan hermoso, si tan sólo no estuviéramos aquí.

Me siento a un lado de la camilla tomando su mano, esas manos que no dejan de moverse al mismo ritmo que su boca, su rubio cabello está perfecto como siempre, sus dulces labios se mantienen en línea recta, cerrados, cuando normalmente no paran de moverse.

Sonrío ante el recuerdo de nuestras tontas peleas, esas peleas que hablaban por sí solas y que incluso la gente a nuestro alrededor notó como algo más y nosotros no.

Qué tontos éramos.

Acaricio su mano suavemente observando sus relajadas facciones. Sin poder evitarlo mi otra mano viaja a su mejilla con máxima delicadeza, paso mis dedos por sus labios y por el lado lastimado de su rostro.