3

74 2 1
                                    

Desperté en un cuarto, estaba vacio, el único mueble del lugar, era una silla se madera en una de las esquinas.

Me incorpore y camine por el lugar, había una pequeña ventana, por la cual entraba algo de luz de la luna, mire mi reloj.

12:43. Mamá debe estar preocupada. Había una puerta, me acerque e intente abrirla, la golpe y grite, corrí a la ventana y la abrí, esta solo se movió un poco, grité fuerte, pedí ayuda. Lo que pude ver, estábamos en una de las colonias de clase media-alta de aquí, estos chicos no querían dinero.

Tenia mucho miedo, estaba muy asustada y lo único que podía hacer era aguantarme el dolor de garganta y seguir gritando por ayuda mientras lloraba como nena. 

Se escucharon pasos y risas atrás de la puerta, mientras yo me arrinconaba en una esquina del lugar.

-Hola chula.- entro un chico.- Vamos, no tengas miedo, te prometo que si pones de tu parte, ambos lo vamos a disfrutar.- se acercó.- Mira que hermosa estas.- estiró su mano y yo moví mi cabeza al lado contrario.- No pongas resistencia.- se rió y acerco de nuevo su mano a mi cara, limpiando una lágrima que iba bajando, después paso su pulgar por todo mi mejilla para ponerlo en mis labios, los cuales yo apreté con fuerza.- Tienes que ser buena chica.- hizo presión en mis labios.

-Po...por favor, no.- dije llorando.

Volvió a poner su dedo en mi boca y lo metió.

Abuso de mi, me golpeo y me humillo, no le importaron mis súplicas y mis gritos de dolor.

Entro otro.

Mismo dolor.

Otro.

Otro.

Otro.

-Tengo que admitir que escucharte gritar me pone muy caliente.- se sentó frente a mi, yo estaba sentada recargada en la pared.

Yo lo mire en silencio, después del tercer idiota, deje de gritar, me sentía muy cansada para seguir luchando.

-Yo te haré sentir en el paraíso.- me tomo de los tobillos y me jalo hacia el, dejándome acostada.- Veo que no hablaras.- yo mire la ventana, el sol estaba empezando a salir.- Igual estoy caliente de verte.

Hizo lo que quiso con mi cuerpo y cuando terminó de satisfacerse como animal salio. 

Me arrime a la pared de nuevo y abrace mis rodillas, no entro nadie, me levanté y con mis pocas fuerzas recogí mi ropa y me vestí. Me sentia asquerosa, me daba asco yo misma.

La puerta fue abierta de nuevo, esta vez entro una señora, se veía ya bastante grande, traía un carrito gris con muchas cosas ahí.

Se hinco a mi lado y me miro con pena, odio esto, paso un pañuelo por el caminito salado que mis lagrimas dejaron.

-Lo siento mucho.- susurro. Me entrego una bandeja con un sándwich y un vaso con jugo.

Me negué a comerlo, pero ella insistió en no irse hasta que le comiera por lo menos la mitad. Le di una mordida y así como paso el pedazo, regreso.

-Es hora.- entro uno de los chicos.

-Ya no más, te lo suplico.- le dije llorando.

-Eso no estupida, camina.- me levanto del piso y le empujo.

Íbamos bajando escaleras, el lugar era muy lujoso, todo estaba perfectamente ordenado. Me subieron a una camioneta y me pusieron una venda tapando mis ojos para no saber la localidad.

Sentí la camioneta frenar, me abrieron la puerta me bajaron y me tiraron en la cara mi mochila, seguido de una bolsa más pequeña. Se arrancaron.

Tarde en reaccionar y retire la venda, me habían dejado tirada en una carretera, me dejaron mi mochila y en la otra bolsa habían dejado dinero, como una prostituta.

Mire la hora en mi reloj, 6:04am.

Las lagrimas no tardaron en llegar, no sabia que hacer, no pasaba ni un alma aquí, decidí caminar.

No me había percatado lo doloroso que era caminar, me dolía todo. Un auto paso a mi lado y se freno unos metros adelante, de el bajo corriendo un chico de cabello blanco.

-Hola.- se iba acercando.- Señorita ¿puedo llevarla a algún lado?.

Yo negué.

-Por favor, déjeme ayudarla, me dirijo a la ciudad y no ten...- acercó su mano a mi brazo.

-¡NO ME TOQUES!.- el sentir su casi tacto me puso nerviosa.

-Yo sólo quiero ayudar.- miro el piso, subió su mirada a mis piernas.- Usted esta...- señalo mis piernas, el pantalón estaba teñido de rojo.

Lo mire asustada y luego, nada.

Todo negro de vuelta.


I miss you.- Jackson Wang.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora