-Alexa no hagas esto mas difícil y por favor dame a los niños
-No te los vas a llevar, ¿como la ves?
Era viernes por la tarde, Manuel habia quedado en ir a buscar a sus hijos para después todos juntos irse a la casa de Mayte pero Alexa estaba renuente y eso hacia desesperar a Manuel.
-No me hagas hacer cosas que no quiero
-¿Qué vas a hacer? ¿Me vas a pegar?
-Alexa no digas estupideces, ¿si? y ve por mis hijos o subo yo -se dirigía a las escaleras
-Tu sacas a mis hijos de aqui y te demando por secuestro
-Hazlo, cualquier juez verá que no estoy haciendo nada que no se haya dicho en el acta de divorcio
-No juegues conmigo Manuel
-No Alexa, tu no juegues conmigo -la veía con odio-tu sabes que por mis hijos soy capaz de lo que sea
No la dejó decirle algo mas y subió por sus hijos quienes estaban "mas que puestos". Tomó sus cosas y bajó las escaleras con ellos.
-No quiero que Mayte se acerque a mis hijos
-Tu no me vas a decir quien o quienes pueden estar con mi hijos, mientras vea que ella no les hace daño podrá convivir con ellos cuantas veces yo quiera. Buen fin de semana.
Manuel salió de ahi rumbo a su camioneta, subió a sus hijos y sus cosas y emprendió hasta el departamento de Mayte.
El camino fue completamente silencio y eso le preocupaba a Manuel.
-¿Por que están tan callado?
-Papi, ¿por que mi mamá no quiere que estemos con May? -preguntó la pequeña
-Porque mami tiene miedo que la dejen de querer -fue lo primero que se le ocurrió , no quería mentirles pero ¿Qué les decía? ¿Su mamá esta loca?
-Pero nosotros nunca la vamos a dejar de querer, ¿verdad hermano?
-Shi
-¿Ves?
-Yo se mi amor, pero eso lo tiene que saber mami. ¿Por que no se lo dicen cuando regresemos de viaje?
-Esta bien papi
El resto del viaje fue mas ameno, los niños coreaban las canciones que su papá les ponía, llegaron al edifico y él la visualizo sentada en las escaleras y junto de ella un maleta. Estacionó su coche y descendió para ir en busca de su mujer.
-¿Señorita Lascurain? Su transporte ha llegado -le dijo frente a ella
-Me parece que llega tarde
-Cuanto lo siento señorita, el trafico de esta ciudad esta demasiado feo -la hizo levantarse- te extrañé -la abrazó
-No sabes cuanto te extrañé a ti
Y como en los cuentos de hadas, se besaron con desesperación, con pasión pero sobre todo con amor. Fue uno de esos besos que se da con el alma y el corazón.
-¿Y los niños? -preguntó ella con la respiración agitada
-Están en la camioneta y vienen ansiosos de verte
-Yo estoy mas ansiosa aún
-Pues vámonos que un fin de semana en el paraíso nos espera -con una mano tomó su mano y con la otra su maleta. La condujo hasta su coche, le abrió la puerta del copiloto, le cerró la puerta y luego se dirigió a la parte de atrás para guardar el equipaje de la rubia.
