𝕔𝕖𝕝𝕠𝕤

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Estaba agazapado cual bestia salvaje tras un arbusto,pensando en si entrar al edificio o no.

Pero una risa que me resultó familiar interrumpió mis pensamientos.

Era la risa de Dan.

Estaba saliendo de su edificio con un chico.
Cogidos de la mano.

Y sinceramente no parecía la típica situación en las películas en las que el prota se pone celoso y al final la otra persona era un familiar.

Normalmente no te besas con un familiar.

Y era lo que Dan estaba haciendo con ese otro chico.

Aquel chaval era bastante guapo.
Tenía un buen cuerpo,rasgos afeminados y un pelo precioso.
No era del instituto.
Bueno,quizás sí,ya que nunca me había fijado en la gente de ese lugar.

Lo que más me molestaba de todo era que ese chico no llevaba un pijama de pingüinos,y probablemente tampoco le habría vomitado encima.

Mientras los celos se apoderaban de mí me había quedado ausente,y lo próximo que oí fue:

-"Puedes salir del arbusto cuando quieras,eh?"

fUcK

Intenté darme la vuelta e irme,pero una mano me tomó del hombro.

Era Dan,y a su lado el Señorito Perfecto.

-Qué hacías ahí?

No pude descifrar qué pasaba por su mente,y cómo se sentía respecto a mí,pero todo indicaba que me tenía mucho asco.

Me quedé callado mirando al suelo por un momento.
Él me tomó del mentón y me hizo mirarle a la cara.

Eso me cabreó muchísimo.
¿Quién se creía él para pedirme explicaciones?
[Estabas parado enfrente de su casa..]
¡Es él quién debería explicarse!
[De hecho no. Es su vida. No sois nada.]
¿Quién es ese chico y por qué le besas?
¡¿Y por qué no me besas a mí?!

-Vine a pedirte perdón,vale?!-Dije de forma antipática.

Él me soltó,y acto seguido una carcajada salió de entre sus labios.

-Conque era eso,eh?-Respondió en tono burlón.

-Que tierno~-Dijo su acompañante.

tIERNO?¡1¡2¡ tenía ganas de partirle esa estúpidamente perfecta cara,en específico sus estupidos labios que el estupido de Dan había besado.

Sin decir nada comencé a alejarme de ellos.

-"Oye chico pinguino"-gritó-"Te perdono."

...

Frustración.

Contuve las ganas de llorar hasta que llegué a mi casa.

Me quedé fuera, en la puerta sentado con la cabeza entre mis brazos,con la esperanza de que aquella chica se fuera en algún momento.

No pude contenerme más y empecé a llorar.

Estaba agotado,física y mentalmente.

Los días se habían complicado demasiado desde que aquel maldito hijo de put..De su madre había aparecido en mi vida.
O más bien yo en la suya.

Le odiaba.
Le odiaba muchísimo.

Pero sólo porque él no me quería como yo le quería.
Me rechazaba.
Jugaba conmigo.

Y todo eso en sólo 3 días.

Los peores 3 días de toda mi existencia.

Me sentía totalmente roto,vulnerable.

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