Marcos es un atleta, corre todos los días para olvidar las tragedias de su vida, o por lo menos antes lo hacía, eso fue antes de que la conociera a ella, a Eider, la chica que en vez de huir de sus problemas los afronta. Desde que Marcos conoce a Ei...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Texto:
5 de Enero
Eider, hoy me levanté con ganas de ti y se me habían acabado los bolígrafos, mi ordenador no tenía batería y mis recuerdos están en uno de esos días en los que solo encuentran mitades de ti, mitades que no encajan en ningún sitio, solo en mi mente, al marcharte te llevaste las mías y ahora sobrevivo con lo que me dejaste de ti, es solo que todavía no he conseguido ordenar las piezas correctamente, no sé donde va tu necesidad, no sé dónde poner mis ganas de ti, y a veces me cuesta determinar si realmente son mías de verdad o son las tuyas disfrazadas, te disfrazas también que a veces apareces en el reflejo del mis ojos de forma discreta, como una breve ilusión que se difumina, con la intención de hacer nudos a ese hilo rojo que nos une, es normal que no consiga encontrarte, le perdí la pista a tus alas y cada vez que desenredo tus nudos tú encuentras la forma de rehacerlo, es por eso que son querer haces daño, porque tú estás jugando al escondite y yo hace tiempo que dejé de esconderme, porque yo no era el que tenía que esconderme, era el que tenía que pillarte, pero se ve que en algún momento intercambiamos los papeles, y ahora por un simple error, te busco todos los días y no te encuentro, esperé un tiempo a que volvieras sola, pero tu piel solo se guía por fragancias y no te tuve lo suficiente entre mis brazos como para que seas capaz de recordarla, Eider, el día que vuelvas, estoy seguro de que habré dejado de buscarte, porque solo querré perderme en tus ojos y dejar que la vida haga el resto, sé que es difícil que bailemos y el tiempo se detenga para siempre, pero te prometo que el día que nos detengamos no será porque mis pies no puedan más, sino porque habré pasado de bailar a pintarte sin pincel, porque algunas obras de arte son inmateriales y tú eres todas ellas y ninguna a la vez
