¿Podrías imaginar tanto amor? [TERMINADA]

Capitulo 34

Naruto~

Esa noche, Tenten me acompaño esperando por si Sasuke volvía, pero este nunca regreso. 

Al día siguiente Tenten se levanto y yo aun seguía en la mesa junto a mi café esperando por Sasuke y esta se acercó

- Naranjito... iré a trabajar... tu puedes quedarte, no has descansado nada

Niego con mis ojos llenos de lágrimas

- Voy contigo... -digo y tras darme una ducha rápida y vestirme, salimos a limpiar

Cuando terminamos esta me miro

- ¿Quieres que te acompañe? -dice y yo niego

- No te preocupes... llegarías tarde a la universidad... -digo y esta me mira preocupada

- Te estaré esperando en la tarde... -dice y yo asiento

Cuando llego a la cabaña miro todo con tristeza. A esta hora Sasuke estaría saliendo de la ducha o sentándose para tomar desayuno conmigo.

Me sirvo un café y tras tomármelo, tomo mi bolso y salgo de casa. 

Camino hasta el paradero y trato de contener mis lágrimas pero es imposible. Quiero ver a Sasuke... al menos escuchar su voz...

Tomo el celular y marco su numero, el celular suena y suena, pero no contesta. Cuando sale la operadora, corto y contengo las lágrimas. 

¿Es que de verdad esto acabará así?

Cuando llega el bus, subo y me permito votar las lágrimas que tanto contenía. Necesitaba llegar bien, sino mas de uno me preguntaría que me sucede y no tengo ganas de estar explicando... 

Cuando llegue estuve atento a la clase de Kakashi, pero mas de una vez pedí permiso para ir al baño. 

Las clases terminaron y como rutina de siempre, fui a la biblioteca y para mi sorpresa Utakata estaba ahí. Este al verme me movió su mano invitándome a sentarme junto a él.

Me acerco y este al ver mi rostro se sorprende

- ¿Naruto? -dice preocupado- ¿Que te paso? 

Yo no respondo y lo abrazo mientras rompo en llanto. Me alegraba ver una persona que me entendiera, este me devolvió el abrazo y tras acariciar mi espalda me dejo llorar en su hombro

Cada vez mis sollozos eran mas fuertes así que Utakata me llevo a su casa para que pudiéramos conversar con tranquilidad. Tras servirme un té, se gano al lado mío. No pregunto nada, espero a que el llanto cesará, pero este parecía no acabar nunca. Tenía tanta pena... tanta angustia, sentía como si este dolor no se fuera acabar nunca... y antes de poder decir algo o siquiera agradecer su atención, me quede dormido en su hombro.