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Marinette y Adrien caminaban juntos por las calles adoquinadas de París, el suave crepúsculo teñía el cielo de tonos dorados y rosados. Habían decidido dar un paseo por el barrio en el que habían crecido, reviviendo viejas memorias mientras disfrutaban de la cálida brisa de verano.

—¿Recuerdas cuando solíamos jugar en este parque de niños? —preguntó Marinette con una sonrisa mientras se detenían frente a un pequeño parque con columpios y un tobogán.

Adrien rió, asintiendo con nostalgia. —Sí, cómo olvidarlo. Solíamos inventar todo tipo de aventuras aquí. Y esa vez que intenté treparme al árbol y terminé con un raspón en la rodilla.

Marinette rió suavemente. —¡Oh, sí! Y yo te ayudé a limpiar esa herida y prometiste que me debías un deseo si no lloraba.

Adrien miró a Marinette con cariño. —Y ese fue el primer deseo que cumplí por ti.

Ella le guiñó un ojo juguetonamente. —Supongo que te debo una lista de deseos pendientes, entonces.

Continuaron su paseo, deteniéndose frente a una pequeña tienda de helados que aún tenía la misma apariencia de años atrás. Adrien miró la vitrina con nostalgia. —Este lugar solía ser mi favorito. Cada vez que sacaba buenas calificaciones, mi padre me traía aquí para un helado.

Marinette colocó una mano en su brazo con ternura. —Me alegra que podamos crear nuevos recuerdos aquí. ¿Quieres un helado?

Adrien sonrió y asintió. Mientras disfrutaban de sus helados, se sentaron en un banco cercano y observaron cómo la ciudad comenzaba a iluminarse con luces suaves. El ambiente estaba lleno de una mezcla de emoción y nostalgia, como si estuvieran atrapados entre su pasado y su futuro.

—A veces me sorprende cuánto hemos crecido desde esos días —dijo Adrien, mirando a Marinette con una expresión pensativa.

Ella asintió, perdida en sus propios pensamientos. —Sí, ha sido un largo camino desde entonces. Pero no cambiaría nada de ello, porque todas esas experiencias nos han llevado hasta aquí.

Adrien tomó su mano con suavidad. —Tienes razón. Cada desafío, cada momento, nos ha traído al punto en el que estamos ahora.

La noche comenzó a extenderse sobre la ciudad y las estrellas comenzaron a brillar en el cielo. Adrien y Marinette continuaron su caminata, esta vez por las orillas del río Sena. El reflejo de las luces en el agua creaba un ambiente mágico y romántico.

—Sabes, aún recuerdo esa vez en la que me salvaste de caer al río durante una de nuestras primeras misiones como Ladybug y Chat Noir —dijo Adrien con una sonrisa juguetona.

Marinette rió, recordando el momento con claridad. —¡Y no me dejaste olvidarlo durante semanas! Pero admito que fue un inicio emocionante para nosotros como equipo.

Se detuvieron cerca de un puente y se apoyaron en la barandilla, mirando las luces de la ciudad reflejadas en el agua. El ambiente era íntimo y cargado de un sentimiento especial.

—Marinette, ha sido un largo camino desde que nos conocimos, y ha habido momentos difíciles, pero también momentos increíbles —dijo Adrien con sinceridad.

Ella asintió, mirándolo a los ojos con ternura. —Cada uno de esos momentos ha sido parte de nuestra historia, y estoy agradecida por cada uno de ellos.

Adrien tomó una respiración profunda y la miró intensamente. —Marinette, esta noche es especial para mí. Quiero que sepas cuánto significas para mí, no solo como Ladybug y Chat Noir, sino como la persona que ha estado a mi lado durante tanto tiempo.

Marinette sintió un cosquilleo en el estómago al darse cuenta de lo que Adrien estaba a punto de decir. Sus corazones latían al unísono mientras se enfrentaban a un momento de profunda conexión.

—Marinette Dupain-Cheng, te amo con todo mi corazón. Siempre he sentido algo especial por ti, incluso antes de que supiéramos nuestras identidades secretas. Quiero seguir creando recuerdos juntos, superar desafíos y seguir amándote como lo he hecho durante tanto tiempo.

Las lágrimas de emoción brillaron en los ojos de Marinette mientras lo escuchaba hablar con sinceridad y pasión. Finalmente, ella sonrió y tomó sus manos entre las suyas.

—Adrien Agreste, también te amo más de lo que puedo expresar. Eres mi apoyo, mi amigo y mi compañero en todas las aventuras. Estoy emocionada por seguir construyendo nuestro futuro juntos.

Los dos se acercaron, sintiendo la energía de su amor llenar el espacio entre ellos. Se besaron suavemente bajo las estrellas, sellando su compromiso el uno al otro y al futuro que tenían por delante. La noche se convirtió en un recordatorio de la belleza de su historia compartida, mientras caminaban juntos hacia un nuevo capítulo de su vida, fortalecidos por el pasado y emocionados por el futuro que les aguardaba. 

Mi Super Papá  (Adrinette)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora