Capítulo Trece

347K 38.8K 31.4K
                                    


CAPÍTULO TRECE

20 de Agosto, 2011

No puedo creer que estoy a instante de decirle a los Stuart que estoy embarazada de su hijo mayor. Santos cielos, nunca en mi vida mis manos han transpirado tanto como lo hacen ahora. Y eso que aún no se lo he dicho a papá.

Keith y yo estamos viéndonos de reojo de manera nerviosa, él está en el mueble conversando con Kevin mientras yo observo a Kancy cocinar lo que parecen ser unos deliciosos camarones que hacen que inmediatamente a mí me den ganas de comérmelos todos.

No hay nada extraño en que esté en el hogar de los Stuart sin Kae, prácticamente soy una más de la familia, y es algo que me encanta y disfruto.

No sé qué tantas vueltas le damos Keith y yo a este asunto, Katherine está haciéndoles preguntas a Kancy sobre el viaje que tendrán en cuatro días a México debido a su aniversario, esa es la principal razón por la que Keith y yo decidimos que es momento de decírselos.

Estoy usando la camisa más holgada que he usado en mi vida para ocultar mí ya notable vientre crecido, los leggins negros ayudan a verme normal, pero siento como que soy una gran bola de grasa, que en cualquier momento los padres de Keith me verán y dirán "¡Estás embarazada!", quizás por ello no paro de transpirar.

Inexplicablemente mis hormonas están provocándome ganas de llorar, y sé que se debe a la presión y ansiedad que estoy sintiendo, además de la feroz hambre hacia los camarones que Kancy sigue cocinando.

Keith me da un asentimiento de cabeza justo antes de carraspear su garganta, haciendo que Kevin lo vea extrañado.

—Bueno, este... ¿Mamá?

—¿Sí, cariño? —pregunta Kancy aun con la atención puesta en los camarones.

—Tengo algo muy importante que decirles, espero que no lo tomen a mal...

—Esas son malas palabras para iniciar lo que se supone será una noticia, hijo —comenta Kevin, riendo por lo bajo—. Suelta lo que tengas que anunciar, sin anestesia.

Ahora ese es un mal consejo que da Kevin, porque sé que Keith va a seguirlo.

—Muy bien, sin anestesia —dice Keith respirando hondo—. Voy a ser padre.

Kevin lo observa al igual que Katherine y Kancy, bueno, esta última deja caer la sartén con los camarones y yo quiero llorar porque, rayos, yo de verdad quería comerlos.

Creo que por un momento han olvidado mi presencia mientras observan con fijeza a Keith, quien se remueve ansioso. Todos están esperando que él prosiga, por lo que él respira hondo una vez más.

Keith es tan hermoso, y no puedo creer que en este momento mi cuerpo esté clamando por él, no cuando su familia está asimilando que él va a ser padre, y eso que ellos aún no han escuchado la bomba de la noticia donde él les dice que soy la madre del bebé.

—¿Estás hablando en serio Keith? —pregunta Katherine, siendo la primera en hablar.

—Sí, muy seguro —responde—. Mamá...

—¿Qué rayos, Keith Lewiston? —grita Kancy con histeria—. Pensé que tú sabías como ponerte un condón hijo, un condón. Sé que eres un Don Juan, pero lo único que esperaba a cambio era que no embarazaras a una muchacha descarriada de la calle...

—Mamá...

—Mamá nada, embarazaste a una fulana, una niña de calle...

—Estoy embarazada —interrumpo, ni siquiera noto que mis labios están liberando las palabras, Keith se remueve mientras Kancy jadea y para mi sorpresa comienza a llorar, Kevin parece desconcertado.

Los Besos Robados de Bridget (BG.5 libro #1.5) Disponible en libreríasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora