WONDER

XXI

-¿Cual era tu plan? - preguntó Thor

- Te lo he explicado cien veces, no es tan complicado - contestó Rocket molesto - Tú, grandullón, irás a hablar con el coleccionista, yo mientras tanto me encargaré del resto

Un leve asentimiento por parte del dios y ambos ya estaban caminando por rutas diferentes.

Cuando Thor llegó a la sala de "tesoros" del coleccionista, encontró al peliblancos de pie frente a una de las vitrinas.

-Hola, hijo de Odín. ¿En qué puedo ayudarte? - dijo con su tono más amable y falso

-Vengo a recuperar algo - dijo el dios, mirándole fijamente

-¿Podrías ser más específico? Como podrás observar, soy dueño de una enorme colección - dijo riendo señalando la sala

-Sabes a qué me refiero

El coleccionista le miró fijamente con los ojos entrecerrados, le examinó de arriba a abajo y volvió a hablar.

-No lo tengo

-Mientes - aseguró Thor

-Si así lo piensas, puedes buscarlo por tí mismo - dijo señalando de nuevo la sala en la que se encontraban

-No dije que lo tuvieras aquí, pero se que lo tienes, jamás te desharías de algo como eso - aclaró el dios del trueno

El coleccionista empezaba a ponerse nervioso, y Thor lo sabía perfectamente.
Ese era el plan, distraerle.

-¿Por qué querrías recuperar algo que por casi destruye tu planeta? - preguntó el peliblanco cruzándose de brazos

-¿Así que lo tienes? - preguntandolo Thor casi como afirmación

-Nunca dije eso - negó el otro

Thor examinó la sala a la vez que caminaba entre sus estrechos pasillos, observando con detenimiento cada una de las posesiones del coleccionista.

Entre ellas se encontró varios animales, armas que jamás había visto, incluso piezas de vestimenta alienígenas.
Por no hablar de la cantidad de joyas y demás objetos robados que tenía en su posesión.

-Me preguntaba qué pasaría si desatara todo mi poder en esta misma sala - dijo Thor rozando suavemente las vitrinas de cristal con sus dedos

-No eres tan fuerte - dijo el coleccionista ya nervioso

-He cambiado mucho desde la última vez que nos vimos - contestó el dios

Entonces una serie de pequeños rayos azules le alumbraban los ojos, repartiendo energía a lo largo de su cuerpo.

Ya había conseguido aterrorizarle.

- Está bien!! Está bien!! - dijo el peliblanco casi gritando - Sí que tengo la gema, pero lamento tener que decirte que no puedo dártela

-Será mejor para todos que me la entregues - dijo Thor - Peligran las vidas de muchos si no lo haces

- No puedo hacerlo, ya tengo un futuro comprador - explicó el otro, dándole la espalda

-¿Comprador? - preguntó Thor confundido - ¿¡Pensabas vender una gema del infinito?! ¿A quién?! - gritó

-Su nombre es Thanos  - dijo el coleccionista - Aseguró darme una buena cantidad a cambio de la gema