Pensamientos Inacabados

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¿Quién lo diría?
Solo vuelvo aquí cuando pienso en ti.
Aunque no siempre, hay días en los que pienso en ti y miro al mar, o veo tus mensajes, o escucho alguna que otra canción que me recuerde a hace más de un año.
Pero hay veces que vuelvo aquí, y escribo, en ansias de que lo leas, o más bien, de que no. Porqué he formado otra vida y podría decir que estoy mejor que nunca, pero siempre estás en el fondo de mi cabeza, tengo mucha gente en el fondo de mi cabeza, pero tu estás siempre ahí, el sentimiento no cambia.
Y es... agridulce ¿sabes? Porque cuando pienso en ti pienso en sentimientos dulces, pienso en cosas buenas, y como nos pasan cosas buenas a ambos, pero también pienso en cosas agrias, ácidas, que me molestan, y hacen que me de vueltas la cabeza, y quiera llorar sin sentido alguno. Talvez si te hablara me dirías el sentido, porque siempre lo sabes todo aunque te olvides de todo, y bueno, hay muchas cosas que han pasado que quería contarte, porque es el tipo de cosas que te contaba antes que a los demás. Eras como un gran confidente, y aún lo eres, pero antes de eso, una gran amiga, que sabía como estaba solo por como escribía, ya que aprendimos a entendernos a través de las palabras, y a abrazarnos a través de las oraciones y entre los párrafos. Talvez no pasamos de los poemas a los ensayos, pero con simples sonetos nos dijimos todo lo que necesitábamos.

Y aunque ahora no sean oraciones, ni sonetos, ni ensayos con párrafos, sino simples palabras, con sentidos concretos, ambos sabemos que a una palabra de distancia, nos encontraremos.

Conversaciones largas, de horas de duración, la primera vez que me gustaba escribirle a alguien, y no esperaba que durase tanto, y que se acabara tan efimeramente.

Pero no pasa nada, supongo que hemos aprendido a vivir con ello, hemos hecho cosas impresionantes, y aunque no sé con toda certeza si me encuentro entre tus pensamientos o dando vueltas entre tus constelaciones, se que tu rondas mi mente como un marinero en vela, dando vueltas en el barco porque la marea no le deja dormir, pero tu y yo sabemos: que ningún mar en calma, hizo a un marinero experto.

Con esto me despido, dudando publicar este texto en el que rebusco cada palabra para saber qué, si leyeras esto, encontrarías un segundo sentido en cada frase y talvez me des la bienvenida en tu mente, no como antes, pero como siempre: yo dibujando las líneas, y tu dando color.