Simplemente no puedo

30 4 0
                                    

—¿Tal vez podríamos ser solo amigos? —replicó él, ahogando una súplica.

Ella negó en un silencio, evitando sus ojos; calmando con esfuerzo sus ganas de abrazarse al viento. De marcharse lejos.

—No puedo —respondió al final, ya con voz de sentencia—, no quiero que otros nos miren con celo cada vez que salgamos... o descubran por testigos, que en una noche cualquiera, el alcohol traicionó a la cordura de contener el anhelo de recordar un beso. Simplemente no puedo.

De aquellos textos que perdió la lluviaWhere stories live. Discover now