Crown Ring

Mushu

—¿Esta ocupado? — me arranco él casco con delicadeza. Busque su rostro y me encontré con su mirada cansada, pero aun así sin perder esa chispas de diversión.

— Si, digo no. A lo que voy es que ahora te sentaras y estará ocupado, lo que digo es que ... — y si señores futura licenciada en Comercio y ni podía articular las oraciones correctamente frente a un chico. Levanto su ceja divertido con mi trabalenguas. Suspire resignada y volví a mirar hacia la ventana — solo siéntate quieres.

—¿Puedo preguntarte algo ? — me gire hacía el y pude apreciar al fin de cerca su rostro. Sus ojos eran de un café intenso, sus pestañas eran alargadas y algo risadas. Su cabello estaba desordenado y un pequeño rizo caía sobre su frente, arrugo su nariz al intentar correrlo. Sus cejas eran finas pero oscuras, y su nariz estaba algo torcida, pero le daba un aspecto mas varonil a su rostro. Seguí examinándolo hasta llegar a sus labios, eran gruesos y sus dientes brillaban como un comercial de colgate. —¿Entonces puedo preguntarte ?

—Hasta, 20 preguntas si quieres. 

—Muy bien 20 serán. Gracias la verdad no quería parecer un loco, llenándote de preguntas. — Sonrió, y se acomodo en el asiento. Se quedo pensativo unos segundos como re preguntándose que debía decir primero. Lo que me llevo a pensar a mi también, ¿que he dicho?

—Espera, — dije logrando su atención — yo también tengo derecho a hacerte 20 preguntas a ti. — bueno al fin y al cabo si había metido la pata, que mal me haría meter ambas.

—Muy bien, comienzas tú. Pero solo son 20 así que piensa con cuidado. — se volteo mirando hacia mi, así que lo imite. Tenia 20 oportunidades para saber lo que quisiera de él. ¿Que podría preguntar?

— A ver, ¿en la guerra y en él amor todo se vale ? — cause su risa la cual debía admitir que me fascino. Era grave y de esas que provocaban la risa de los demás. No había que ser muy observador para notar que él adonis, digo él joven que se encontraba a mi lado era militar. Su uniforme no lo dejaba mentir.

— Que pregunta interesante, absolutamente todo. —  al escucharlo, me decepcione. esperaba una respuesta más precisa y con explicación. — ¿No es la respuesta que esperabas?

—La verdad no, esperaba más fundamento al contestarla. Pero ya que —dije sonriendole. — Bueno me toca, ¿Porque él ejército ?

—¿Que? Como que te toca, yo aun no ... —entrecerró los ojos, y sin más me saco la lengua — tramposa, pero bueno fue error mio. Mi abuelo era soldado, el nos educo, le debo todo lo que soy. Falleció en batalla por su país, dio su vida por defender lo que él creía y por lo que amaba. Es mi héroe. — sus ojos se volvieron tristes, pero aun así me sonrío apretando los labios— Perdón, hablar de el me emociona. El me inspiro a ser mejor, solo espero que desde allá arriba se sienta orgulloso de mi. Y del camino que elegí en su honor. Pero bueno volvamos a ti princesa ¿Porque cierras las ventanas, es un horno acá adentro y ni por eso las abres ?

—Para que señoras de ojos saltones puedan gritarme. — reí acordándome la primera ves que lo vi. Había pasado una semana y no había día desde aquella ves que no viera al soldado en él mismo bus y con la misma sonrisa de siempre. — La verdad es porque soy bastante torpe, ya a pasado una ves que casi me decapitan por quedarme dormida con la cabeza fuera del bus. Por poco y no viene él mismo presidente a ver que tontería había hecho ahora.

—Eres muy graciosa y no te das cuenta eso lo hace aun mas divertido. —su sonrisa de niño hizo que mi ritmo cardíaco fuera mas rápido.

—Supongo que es un don divino. ¿que es lo que mas desea Mushu ?

—Conservar su pedestal y claro un baño de burbujas. — bien a eso se llamaba una gran tapadera de boca. Así al fin había encontrado a alguien que supiera quien era Mushu. Bueno creo que deberían llamar al sacerdote.

—¿Como es posible ? ¿Eres real ? — dije tocándole el brazo sin pensarlo, al instante mi rostro se volvió rojo.

—Lo soy, y si es posible, mi hija vive mirando Mulán. Hasta sueño con eso te lo aseguro.

—¿Hija ?