Crown Ring

Pandora

—Una hija es una criatura humana de sexo femenino descendiente de un progenitor. —dijo con voz de locutor, despues de escucharme decir unas 5 veces la misma palabra. —Y el progenitor vendria a ser yo, por ende si soy padre, de una hija. Una hembra —su sonrisa llegaba hasta sus ojos. Al parecer le causaba gracia mi manera de recibir su mensaje.

—Se lo que es una hija, solo bueno yo... No es que te juzgo solo que pareces muy joven, no digo que este mal ser padre joven. No, yo digo que es genial, bueno poniéndolo en él punto de vista que...

—¿En él punto de vista que ? Continua por favor, es muy interesante. —esto le causaba más gracia que enojo. Este joven o señor mejor dicho, era extraño.

—Lo que digo es que me cuentes mas sobre tu hija, y claro sobre tu mujer. - Su risa se volvió ruidosa y prolongada tuve que aguantarme para no reírme. Pero es que no entendía, la verdad ya ni sabia donde estaba parada.

—Princesa tu manera de ser es única. San Antonio si que entendió lo que pedí. —volvió a tentarse dejándome en duda. ¿San Antonio? ¿No era el santo de los perros, o era el de los ojos?. — Soy padre soltero, solo somos mi niña y yo. No hay mujer mas que mi hija, mi hermana melliza y mi madre. Bueno si hay, ellas tres, pero de ahí no pasa.

— ¿Y la mama de tu hija ? — toda simpática desapareció, por primera ves lo vi serio. La verdad lo prefería sonriendo. —Sabes que no hace falta que respondas, ¿San Antonio era el de las hadas ? Mierda.

—El del amor, la de las hadas se llama Campanita. — su rostro se suavizó pero aun ni rastro de su humor. — Entonces dime como se llama.

—¿Como se llama quien ?

—El chico que te trae así.

—Ahhh, ¿Como te llamas ?

—Manuel — se quedó descolocado con la pregunta.

—Pues se llama Manuel — había dicho una bobada. Pero verlo tan serio me ponía un pelin nerviosa.

—¡Princesa, me sorprendes! Eres una caja de pandora — dijo volviendo a reírse — jamas imagine que dirías eso. Y tan niña y dulce que luces, quien diría que eres todo una coqueta.

— Créeme ni yo me eh esperado ese comentario. — dije al fin dejándome llevar por su risa.

— Mm... — se quedo pensativo unos segundos mirándome fijamente. Y sin esperarmelo a cerco su rostro a centímetros del mio. — ¿Te cuento un secreto ? — su aliento me golpeo, dejándome más atontada de lo normal. Logre articular un si muy por lo bajo — ya has hecho 6 preguntas. Y solo me queda una antes de bajarme. — arrugue la nariz al saber que ya debía irse.

— Bien, has tu ultima pregunta por hoy señor. — me saco la lengua al escuchar decirle señor.

— ¿Me darías tu numero?