Era de Luz y Cambio

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Desde que nací, nací bajo la gran dicha de haber llegado en medio de una Era Dorada, lo primero que recuerdo haber visto fue la cara de mis padres... y detrás de ellos una gran esfera gigante, blanca, estaba encima y fue como un bautizo bajo la luz de aquella gran esfera. A esta esfera la veneraban como a un Dios, y durante los años... me enseñaron que hace miles de años, está Gran Maquina llegó a nuestro planeta y de ahí comenzó una Era Dorada, o como le llamábamos hasta entonces "Era de los Milagros", dado que en ese entonces pasábamos por momentos muy difíciles en nuestro hogar... nuestro planeta natal.

Nuestro planeta, el orden de la Paz y la justicia se regía a base de las Casas, sus líderes a quienes llevan el título de "Kell", estos son claramente diferentes a los demás y a los rangos bajo de él, llevaban prendas y son los únicos que llevan capas con las insignias de sus Casas; desde pequeños ya nos decían que la edad de un Kell se duplica ciertas veces a la de su segundo al mando.

Mi nombre, es April Priest; hija de Orsiks Priest y Arsik Heist. Era hija única por bastante tiempo, es cierto... me daban bastantes cosas por ser hija única. Tenía ventajas pero la mayor desventaja era que me costaba mucho hacer amigos, pero me fui adaptando.

Años después, mis padres decidieron tener otra hija... yo estaba emocionada, pero al ver que era un varón... no es que me quejaba, ya que si quería un hermano o hermana. Mis padres lo llamaron Víktor, es menor que mi por 2 años E; crecimos juntos y eso fue bastante bueno... creamos un vínculo casi irrompible, si uno de los dos está en problemas, nos defenderíamos el uno al otro. Él era más valiente y decidido que yo, pero por desgracia yo era la única amiga de verdad que tenía hasta entonces... por su forma de ser, la cual a mi opinión si era bastante agradable pero a la vez llegaba a hostigar demasiado, era lo que le causaba la falta de amigos que tenía.

Cuando entramos a la escuela, yo entre primero claro, un año después entró Viktor; no tardé mucho en hacer amigas... fue casi de inmediato; quizá por mi apariencia, dado que era la única con cabello albino del salón, era tan solo una niña, aunque tampoco es que mi pelo importara tanto para mí... en cambio Viktor al entrar, tuvo problemas ya de primeras... había otro chico, quien se llamaba Aaron, hijo del reconocido "Rey Kell", Craask; este chico a la primera oportunidad comenzaba a hacerle la vida imposible a Viktor, el primer día, estoy hablando de cuando éramos apenas niños; él llegó llorando a la casa... pero nunca dijo la razón, sentía pena por él, no podía hacer mucho más que solo tratar de animarlo.

Nuestros años fueron pasando por ahí, aprendíamos muchas cosas, algunas básicas y otras más avanzadas, en mi caso me interesaron los milagros que podía lograr la Gran Maquina, en el caso de Viktor le interesaron mucho las mecánicas y las armas. Así fuimos creciendo y desarrollándonos cada uno en nuestros intereses... cuando llevábamos cierto tiempo, tuvimos que hacer un ritual de iniciación para poder integrarnos a la Casa que nos había tocado, en el caso de ambos nos habíamos integrado a la Casa de los Demonios (la iniciación fue un juramento, luego nos explicaron que más adelante en nuestra vida tendremos que llevar la marca de nuestra Casa por algún lugar de nuestra piel); igual que nuestros padres, por suerte aquel chico Aaron estaba en la Casa de los Reyes, quizá por suerte no... porque nuestros padres pertenecen a esa Casa pero... ahí estamos.

El tiempo parecía ir más rápido de lo que podía sentir, cuando menos me di cuenta... ya ambos teníamos 16-15 años E. Durante todos esos años anteriores, vivimos muchas cosas... una nueva Casa se unió al consenso, una llamada Lobos; la Gran Maquina... nos trajo otro de sus maravillosos milagros; unas esferas luminosas que parecían ojos pero estás nos daban algo indispensable para nuestra supervivencia y que estábamos acabándonos, pero con estos... podíamos tener reservas ilimitadas para nosotros; cada uno tenía un "sirviente" que nos proporcionaba éter. Era algo que nunca pensamos ni podíamos imaginar, por suerte la Gran Maquina fue justa para todos nosotros, la veneramos como nuestra salvación y como un dios. Mis padres me contaron que la Gran Maquina lleva aquí mucho, mucho tiempo, mucho antes que ellos nacieran.

Evolución InvoluntariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora