Las heridas sanan...

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La noche en que Tyna se quedó a dormir, dado que tenía que cuidar a Viktor el día de mañana, tuve que prestarle el sofá para que durmiera ahí... no teníamos una cama extra así que era lo único que quedaba, a pesar que ella si tenía ganas de haber dormido al lado de Viktor, solo porque ya le salía su lado de "doctora". No hubo mucho más esa noche, a la mañana siguiente fui la primera en entrar a la habitación de Viktor solo para ver cómo estaba (y me levanté temprano porque tenía cosas que hacer antes, algunas horas necesarias para tener mi título de Sacerdotisa), al colocar mi mano sobre la frente de él... ya no estaba tan caliente, pero él seguía algo cansado... no sintió cuando yo lo toqué.

Luego me levanté, Tyna también ya se había levantado... aunque ella seguía acostada, me hice mi comida y de ahí es donde ella si se levantó:

-Buenos días... ¿por qué te levantas tan temprano...? -me preguntó aún bostezando.

-Tengo que terminar mis horas extra para poder tener mi título, ya solo es un año más en estudios y un par de semanas más para terminar mis horas. -le respondí terminando mi desayuno.

-Menos mal no tengo que hacerlas... pero es obligación que las cosas que fabriquemos funcionen en nuestra clase. -me dijo apoyando su mejilla contra el respaldo del sillón.

-Suertuda. -dije entre algunas risas.

-Para cuando tenga que bañarme... ¿donde hay...? -me preguntó, yo intuía que eran las toallas de lo que me hablaba.

-Hay unas cuantas en mi habitación, búscalas en el armario y agarra cualquiera. El baño es el que está en el mismo pasillo de nuestras habitaciones; la ducha es esta puerta de aquí. -le señalé la puerta que estaba más cerca de la cocina.

-Gracias. -me dijo con una sonrisa cuando yo agarré mis cosas.- No te preocupes, yo lo cuidaré lo mejor que pueda...

-Traten de no destrozar nada por favor. -le dije entre unas risas de burla, lo cual hizo que Tyna también riera pero con nervios y su rostro ruborizado casi completamente.

-Si eso llega a pasar, no prometo nada. -me dijo llevando sus manos a su espalda.

-Muy bien, suerte y... una cosa más. -me acerqué a ella para decirle algo en voz baja.- Viktor te está haciendo un regalo, está en su habitación... se ha esforzado muchas noches para que quede lo mejor posible, claro... le falta ensamblarlo, pero si ves que es; has como que "no has visto nada"..

-Entendido señora. -me dijo con cierta burla, ya que era mayor que ella.

-Ni que fuera tan vieja Tyna. -le dije, mi voz tenía cierto fastidio que hizo reír a Tyna.- Bueno, hay comida para que la hagas para ti y para él... ¿sabes? Desde que tú hermana lo rechazó... digamos que él se ha comportado de una manera de la cual no vi antes, de una manera muy pasiva y a la vez desconfiada. Tengo confianza en que tú puedas levantarle el ánimo.

-Trataré. -me dijo con una sonrisa. Luego yo me volví a acercar a ella.

-Escucha, Viktor teme que pase algo parecido que con Susan... teme que seas el mismo caso y no quiere perderte; eres la única que ha logrado sacarle tantas sonrisas de verdad y seguras. -le dije colocando mi mano en su hombro.

-Mi hermana es alguien diferente a mí, yo por otro lado... siempre estuve, estoy y estaré para Viktor; aunque no sea en la manera que deseo. -me dijo acariciando sus brazos.

-Ojalá lleguen a ser eso que tú deseas, serían una bonita pareja. -le dije con una leve risa.

-No lo digas tan alto... -me dijo cruzándose de brazos pero la sonrisa en su rostro no se fue.

Evolución InvoluntariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora