Los pianos de París

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Este One-Shot ha sido escrito para un reto de un foro de yuri. Espero que os guste y que lo disfrutéis. Si queréis más fanfics de Overwatch, sed libres de comentarlo <3 De igual forma podéis daros una vuelta por mi perfil para ver más historias.

Os dejo con la historia. ¡Disfrutad!

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Las vistas desde el tejado de aquel edificio de París eran impresionantes. Podías deleitar tu mirada con los jardines que se veían a lo lejos y, al otro lado, el río Sena con agua cristalina que atravesaba toda la capital. De fondo, el sonido de un piano tocando una melodía suave bien reconocida por ella; Para Elisa, de Beethoven. La solía bailar cuando aún era bailarina de ballet. Sus movimientos, gráciles, arrancaban aplausos y suspiros de asombro de entre los espectadores. Sus ojos se cerraron al recordar aquellos tiempos en los que aún podía sentir orgullo por su actuación bien hecha, rabia cuando un paso no le salía, y amor al ver la cara de Gerald al recogerla después de una función. ¿Y ahora? La única forma de recordar estos sentimientos eran volándole los sesos a un objetivo; la deliciosa satisfacción de un trabajo bien hecho.


-¡Hola amor! -La tranquilidad se había esfumado en pocos segundos para Amélie. Abrió los ojos y agarró su rifle de francotirador, girándose y apuntando hacia aquella ex-agente de Overwatch-. Oh, cariño, baja el arma, no vengo a por ti -rió con gracia, sentándose a su lado. Amélie volvió a colocarse como estaba, con las piernas colgando del edificio.

-¿Qué haces aquí?

-Quería ver cómo estabas.

-¿Cómo sabías que estaba aquí?

-Siempre venías al mismo lugar cuando estabas en Blackwatch -respondió, mirándola con una sonrisa. La de pelo azul apartó la mirada.

-Vete, Lena. Me estás fastidiando la noche.

-Sabes que no es así, te encanta mi compañía -contestó. Widowmaker no respondió nada ante aquel comentario, simplemente cerró los ojos-. ¿Por qué este lugar?

-Suele ser tranquilo. Solitario. Silencioso. Gracias por fastidiar la experiencia -su respuesta cortante hizo suspirar a Tracer. Se quedaron en silencio durante un rato, hasta que la mujer de piel azul volvió a hablar-. Deberías irte.


Ambas sabían que mantener contacto no era buena idea; si Overwatch descubría a Lena Oxton hablando con Amélie Lacroix podría ver su reputación dañada dentro de la organización. A su vez, también era una mala imagen para Widowmaker dentro de Talon. Sin embargo ninguna podía ocultar su amistad y el leve pero innegable interés que se tenían de forma mutua.


-¿Qué tiene de especial este lugar?


Tracer podía ser demasiado insistente si algo se le metía en la cabeza. Sabía que no se iría de allí hasta pasar un rato juntas aunque fuera hablando o haciéndose compañía de alguna forma que no incluyera el silencio sepulcral que tanto apreciaba Widowmaker. Un suspiro salió por sus labios azulados antes de echarse hacia atrás.


-Existe una leyenda sobre los dos pianos de esta ciudad. Suenan por las noches, sin un pianista, y tocan piezas clásicas. Pero cuando alguien se acerca a ellos, la melodía se detiene. De ambos sale la misma composición, al unísono, pero es imposible escucharlos a la vez por la distancia a la que se encuentran.

-¿Y por qué? ¿Tienen pianistas fantasma? -Lena, curiosa, preguntaba acercándose más a ella.

-¿Quieres que te cuente la historia? Deja de hacer tantas preguntas -murmuró. Tracer asintió con una sonrisa y se mantuvo sentada de piernas cruzadas con una gran sonrisa surcando su rostro, ansiosa por escuchar la leyenda que Amélie le estaba a punto de narrar.

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