[03] La nueva compañera

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Un año atrás...

—Y siempre se le ve acompañado de un chico.
—Cómo es que se llamaba...
Ah, sí. Kim Naem Woo, desde luego.
—¿Cóooomo? ¿El travesti de segundo año? ¡Ése no es un chico!
—¿Será que son algo?
—No, por favor, jajaja. 
—Mi Oppa es normal, y el otro...
—Un bicho raro. Un rarito homosexual. 
—¿No lo han visto usar peluca? ¡Qué trauma! 
—¡Ni su madre ha de quererlo!

Con una nueva ola de risas las chicas se alejaron. Una de ellas la mejor amiga del chico del que reían.

Detrás de la pared, escuchando todo, estaba Naem Woon. Las risas aún sonaban en su cabeza.

[Narrador Naem Woon]

Nos conocimos en clases de baile. Él era el único capaz de no alterar toda su genética después de lavarse la cara. ¡Nunca se ponía maquillaje! ¡Y me dicen a mí raro!
Nos hicimos amigos.

—Él es tan popular.
—¿Qué hace con ese neandertal?

Las hienas no se equivocaban.

Él era genial. Divertido, espontáneo... ¿Por qué juntarse conmigo?

Pienso que era porque ambos ensayábamos demasiado. Hacíamos rutinas de 9.hrs al día, fuera de las lecciones. 
Y podíamos aprender una coreografía de cincuenta pasos en sólo dos días.

No se me ocurre otra teoría. Yo era un perdedor. Como plus me gustaban los hombres. Aún no declaradamente, pero ya era homosexual. 

Se lo manifesté  tal cual en una de nuestras charlas.
Era la primer persona a la que se lo contaba.
El no propagó esto en las clases.
Lo agradecía a medias. Seguro también me apuntarían como en mi barrio.

Yo podía declarar que sí. Me daba igual ser aplaudido u odiado por una banda de homófobicos tarados. Pero, mis papás...

— «Brillante» decía el profesor. Nosotros aplaudimos. «Talentoso, buena persona, guapo. Nada tiene de malo.» cuchicheaban.

Pero nadie conocía cómo era su verdadera personalidad. O quién Hwan Lee Suk después de clases.
Lo que había debajo de todo lo bueno que todos daban por hecho.
En ese entonces tampoco yo sabía. 

Al descubrirla, no retrocedí. Yo quería al sunbae. Y ahora quería estar más, más cerca.

Galoparon los días, los años. Actualmente, nosotros dos tenemos una relación clandestina. Ése es nuestro pequeño secreto. Soy el «casi novio» de mi sunbae.

[...]

La miraba como si quisiera cortarle las uñas con un serrucho. Toda su cara sólo indicaba «¡Aléjate, ese es mi hombre!»

—Creí que eras ese guardia Seung. —Suspiró el, recobrando la postura.— No me des esos sustos y sólo escríbeme a kakao.

El chico del seifuku estaba mucho más interesado en saber qué estaba pasando ahí. 

—¿Quién es tu amiguita con expresión de momo? —Ouch, eso dolió.— ¿Y por qué estás desnudo?

Gook Mi estaba tan incómoda por ese último comentario que nada más y podía contraer sus hombros tímidamente incapaz de mirar al dúo. ¿Desnudo, dijo? ¿Y cómo que se parece a momo?

—No estoy desnudo, shh, la asustas.

—Te traje esto. Póntelo. Ya. 

Casi ordenaba y rugía a la vez. Lee Suk tomó la camisa. Y con aire relajado preguntó. 

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