Capítulo 4 parte 2. "Por ahora, Grecia. Por ahora."

247K 12.4K 1.9K
                                    

Holaaaa! ¿Que tal estais? Aquí os dejo la segunda parte, y no me enroyo mucho que son las dos de la mañana, estoy un poco borracha y tengo a mi mejor amiga gritandome porque tenemos que salir de casa para ir a una fiesta. ¡ENTRE EN LA UNIVERSIDAD, AHÍ QUE CELEBRARLO! 

Espero que os guste, ya os comentaré la cantidad de meteduras de pata que he hecho en esta primera semana de uni, parezco la pobre Grecia jajaja

Bueno, un besito, espero que voteis y comenteis ;)

Jace se tardó un poco en llegar, pero cuando lo hizo ya no era la ventisca de nieve en persona.

-Hola, lamento el retraso, tuve algunos problemillas en la empresa.- Dijo besando mi mejilla y sentándose delante de mí.

-No te preocupes.- Sonreí, intentando disimular lo confundida que me encontraba por sus diferentes maneras de actuar. - Me gusta esta cafetería.

-Sí, es acogedora.- Señaló justo antes de decirle a la embobada camarera lo que quería. Eso me sacó una sonrisa, mi hijo podía acabar saliendo igual de rompe corazones.

Se instaló un silencio incomodo.

-¿Y qué tal tu día?- Preguntó él, en un intento de dar conversación.

-Como siempre; estoy un poco cansada.- Era cierto, pero más que nada lo decía para disimular mi pésimo estado de ánimo.- Pero me ha ido bien.- Ignorando el hecho de que me miraste como si fuese una columna más en la sala de común y sea el hazmerreír de la empresa.

-Se te nota.

-Vaya, gracias.- Dije irónica. Estaba un poco molesta.

-Estás molesta, no solo cansada, se te nota. ¿Piensas decirme por qué?

Mis hombros se tensaron. ¿Debía mentir?

-No. No me apetece hablar de eso ahora.

-Bien.- Dijo él con irritación, dando el tema por zanjado. ¿No pensaba insistir? No, parece que el CEO "No estás a mi altura, así que ni te hablo, ni te miro" es demasiado superior para insistir en algo.

-Vamos, se nos hace tarde.

Lo seguí hasta su coche. Parecía caro. Muy caro.

Me gustaba, pero el ambiente era tenso y era su culpa que así fuese, así que no iba a ser yo la que relajase la situación piropeando su coche.

Dentro del coche volvieron sus intentos por mantener una conversación y yo me esforcé por no gritarle en la cara lo estúpido que era por tratar a sus empleados como hormigas sin valor.

-Espero que te guste el sitio a donde te llevo.

-¿Esta ropa es apropiada?

-Sí, no te preocupes.

Parecía que no podíamos salir del ámbito cordial, y era una pena porque si esa cita no salía bien seguramente mi sueño de ser madre antes de los 27 se iría por el desagüe.

Para no preocuparme demasiado me dispuse a mirar por la ventana e imaginar que podía hacer desaparecer la ropa de la gente que caminaba por la calle con un solo chasquido de mis dedos;  Tuve que esforzarme por no reír al imaginarme la reacción de la señora de traje con cara de Jefa malfollada al verse desnuda en mitad de la acera con solo un maletín de cuero para cubrirse. Me sentía malvada y quería reír a lo personaje malo de Hollywood pero no quería parecer una loca delante de Jace, aunque seguramente ya pensaba eso de mi.

Unos diez minutos después y todavía en silencio entramos en el parking de una calle bastante normal.

Estaba pensando en cómo deshacerme de ese momento incomodo cuando aparcó el coche y se giró para mirarme.

Jefe, quiero un hijo suyo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora